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"Los muertos no se tocan, nene" (José Luis García Sánchez 2011): el muerto, como protagonista (Rafael Azcona)

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Ilustración de Antonio Mingote especialmente diseñada para la película. No pudieron elegir mejor dibujante que representara el ambiente creado por Azcona.

La antigua benemérita, los alcaldes franquistas, los apoderados taurinos, el cura, la falsa moral de las familias acomodadas, "el qué dirán", la hermana que deshonra a la familia al casarse con un hombre "sin posibles", la importancia del dinero, las herencias, las criadas, el machismo, el clasismo, los marginados; la casposa y fascista España de los vencedores, la triste vida y la ironía de la muerte. José Luis García Sánchez recuperó en 2011 Los muertos no se tocan, nene, la obra de Rafael Azcona que, junto a El pisito y El cochecito, completaban una trilogía esencial que define a la perfección la ahogada y miserable España de los años cincuenta. Quizá por esta razón, la película no superó la censura franquista y nunca se llegó a estrenar en las salas de cine. Afortunadamente, García Sánchez, que trabajó con Azcona en los últimos años del escritor (Suspiros de España y Portugal, Siempre hay un camino a la derecha, La marcha verde), rescata para el siglo XXI esta obra que contiene la esencia, la ironía y el humor negro que caracterizó siempre la obra del riojano y con ella, hace justicia.
En el velatorio del abuelo recién muerto participan varios vecinos poco conocidos, un pobre que se entera por la calle del fallecimiento y la criada que, en realidad, está más interesada en hacer manitas con cada uno de los visitantes.
La película desde el comienzo sitúa la espectador, directamente, en la gris España de los cincuenta, gracias, en parte, a la indispensable estética en blanco y negro, pero también a la excelente utilización de las viejas calles de Logroño o de esa hermosa estampa suya con el puente de piedra (Puente San Juan de Ortega) sobre el río Ebro, única imagen luminosa y positiva en un metraje que se desenvuelve con mayor acierto, cercano a una oscuridad (diluída por la ironía pero una oscuridad al fin y al cabo) más temática que estética. A través de los ojos de Fabianito (Airas Bispo), un adolescente de catorce años, vemos a su familia acomodada, de criada explotada y patriarca militar (un Carlos Iglesias en estado de gracia) que se dispone a afrontar la "dolorosa" despedida del abuelo, que ya agoniza en cama, mientras todos impacientes, esperan la llegada del primer televisor, como acontecimiento de mayor importancia. Doña Luisa, la mujer de la casa (una divertida Silvia Marsó), mojigata, profundamente cristiana y falsamente afectada, finge llorar de vez en cuándo, más por aparentar piedad y tristeza que por un sentimiento real de pena ante el moribundo abuelo. De hecho, su máxima preocupación radica en quedar bien con los visitantes que vayan desfilando por su casa para velar al abuelo, una vez muerto, hasta tal punto que, siendo presa de una frenética actividad, se diría que está atareada en los preparativos de alguna gran fiesta de sociedad. Su marido, el militar don Pablo, es la viva imagen del cinismo sin escrúpulos, la falsa moral y la tacañería. Deseando que muera el abuelo y que no tarde mucho en hacerlo, su único afán en la vida es el dinero y aquello que se llamaba servir a la patria. No soporta que su cuñada Clara (Blanca Romero) se haya casado con un infractor de la ley de vagos y maleantes, sin oficio ni beneficio pero, en cambio, no ha tenido remilgos a la hora de intentar beneficiarse a la criada, incluso delante de su propia esposa que, como buena española católica del franquismo, hace ojos ciegos, oídos sordos y perdona estas pequeñas "gallardías" del macho ibérico dominante. Igualmente conformada es la criada Abelarda (Mariola Fuentes), que soporta el clasismo machista, encajando como puede las confianzas que se toma don Pablo, Mariano (el papá de la señora, interpretado por Carlos Álvarez Novoa) e incluso el chaval adolescente, Fabianito, convirtiéndose así en la "aliviadora" oficial de la familia.Es por esta razón que Abelarda intenta distraer el ánimo con cada fulano que visita la casa (el antenista, el indigente...) y aprovechar el semanal día libre para pasear con su novio las calles de Logroño. Para completar este buen elenco de caricaturas de aquella sociedad de los cincuenta, se encuentra el usurero y tragaldabas doctor Salamoya (corto pero brillante este último papel en la filmografía de Carlos Larrañaga) que acompaña (o, mejor dicho, despacha) al moribundo en sus dos últimos minutos de vida, sin ningún sentimiento y carente de toda empatía, como quien ha despachado ya a millones de almas. Con el moribundo en cama, Salamoya recuerda a la familia que está sin desayunar y pide una tostada untada de mantequilla por ambos lados, acompañada por un café con leche. A la hora de cobrar los honorarios como "asistente de muerte", el doctor encuentra a un don Pablo ansioso de abonar la cantidad que, por otro lado, espera rebajada, por pronto pago. Pero, alegando que el abuelo don Fabián está de cuerpo presente y sería de muy mal gusto cobrar en ese delicado momento el dinero, insta a don Pablo a pagar más adelante y por supuesto, sin rebajas. Clara (Blanca Romero) es la clásica estampa de la mujer devorada por una dictadura machista. Aquella que, por no cumplir las normas, ha sido marginada, como marginado también es su marido pero que, a pesar de todo, se revela, desea ser libre, realizarse, aunque está al borde de perder toda esperanza. Además, Clara representa la perturbadora tentación para el dolescente Fabianito y en su ansiada modernidad, es la cara opuesta a su hermana, doña Luisa.

Carlos Larrañaga como el doctor Salamoya, Laurentino Rodríguez (el muerto, don Fabián) y Carlos Álvarez Novoa (Mariano)
Blanca Romero como Clara, la perturbadora tía de Fabianito.
La vida de don Fabián se apaga, se cierra una puerta, pero se abre la ventana tonta del televisor, electrodoméstico recién llegado al hogar mientras el viejo agoniza y el antenista (Javier Godino) no logra sintonizar con la antena pero sí con la criada. Don Pablo desea cuanto antes la muerte del abuelo pues se espera para el velatorio la inminente visita del alcalde de Logroño, que debe concederle su ascenso. La llegada del alcalde es apoteósica. Todos reverencian su visita y este, aunque confunde el nombre del muerto, señala que fue una gran persona y se trata de una pérdida irreparable para la ciudad. Acto seguido, comienza a deglutir las viandas con que la familia le obsequia. A todo este absurdo y sórdido ambiente se suma Iñaki Mari (Álex Angulo), un vasco que no tenía nada que hacer aquella tarde y se pasa por el velatorio, invitado por el marido de Clara.


Aunque el fiel reflejo de la sociedad española de la década de los cincuenta que presenta Azcona en esta novela, es inmensamente triste, la visión desde la que se muestra al lector o al espectador en este caso, es la ironía, el humor negro. Quizá por eso, el finado, a los pocos instantes de morir, dibuja una mueca de sonrisa irónica en su rostro, un rictus burlón con el que parece despedir a su familia. Pero todavía nos resta un elemento esencial. Quedaba el sacerdote, como la guinda negra del pastel amargo. Llega para rezar junto a la familia por el alma del muerto. Pero, antes de comenzar la plegaria, con sus manos corrige la sonrisa, el rictus irónico de la cara del cadáver diciendo "No se puede presentar ante el Señor de esta guisa. Parece una burla" Esta es la crítica más clara de todo el metraje: la Iglesia desea un pueblo que no sonría, un pueblo que sufra, un pueblo débil (1)
Antes de empezar a rezar, el sacerdote corrige la mueca burlona del finado
Persiste, pues, como fondo durante toda la película, la ironía a la que Azcona nos tenía acostumbrados. Sin duda, una herencia de su época en La Codorniz. Mientras disfrutamos viendo a esos cómicos personajes que desean la muerte de don Fabián, bien por la posibilidad de dar una fiesta (o un velatorio), por una nueva habitación o bien por conseguir un ascenso en la carrera militar, renace en nuestra memoria la imagen de José Luis López Vázquez en El pisito(Marco Ferreri 1959) deseando la muerte de su esposa, la anciana y adinerada casera doña Martina. Los mismos personajes miserables se dan cita aquí. Los muertos no se tocan, nene contiene el mismo espíritu, la misma esencia en la obra de Azcona que representa, quizá, el máximo exponente del Neorrealismo español, junto a, por ejemplo, Un millón en la basura (José María Forqué 1967) o Usted puede ser un asesino (José María Forqué 1961 Aunque esta última, situada en Francia y con significativas diferencias) Pero, tomando estas películas como referencia, vemos cómo los muertos son personajes principales o la muerte está muy presente. En El Pisito, la muerta sería doña Martina. Aunque parece no llegar a morir, el que otros deseen su fallecimiento, la conviertene en una especie de cadáver en vida. En el caso de El cochecito (Marco Ferreri 1960), Azcona escribió una novela en que el anciano Anselmo Proharán (protagonizado en el cine por Pepe Isbert) envenena a toda su familia. La censura fue determinante en la versión cinematográfica donde el asesinato múltiple no queda claro. En cuanto a Los muertos no se tocan, nene y sobretodo, al comienzo de la historia, el muerto es un protagonista más de la trama y resulta ser un personaje paradójicamente muy vivo, hasta el punto de cambiar la expresión de su rostro, durante el patético velatorio. Pero es que, dejando a Azcona y pasando a otros autores, también observamos cómo la muerte nos sentaba muy bien en España, al menos, a la hora de crear cine. Otro muerto que está muy vivo es el de Usted puede ser un asesino, la comedia de Alfonso Paso llevada al cine por José María Forqué con José Luis López Vázquez y Alberto Closas en apuros. Y por último, tendríamos Un millón en la basura, donde los muertos en vida son los protagonistas de la historia, que malviven en la más absoluta miseria, en el extrarradio de Madrid. La importancia del dinero, las diferencias de clases y la muerte son tres constantes en el cine neorrealista que se creó en nuestro país durante estas décadas de franquismo. Y en muchos casos burlaban la censura. No advertían las autoridades que la muerte siempre estaba presente, desde la ironía, sí, pero bien presente, porque probablemente representaban con ella, la muerta sociedad española. Durante aquellos años aciagos, no en pocas ocasiones, algunos de nuestros directores más preclaros, pusieron una sonrisa en el rostro de la muerte. Sigamos riendo con ella.
Silvia Marsó y Blanca Romero
(1) Otra de las críticas claras a lo largo del metraje sucede instantes después de que don Fabián expire. Fabianito canturrea al oído de su abuelo muerto el Himno de Riego. Es instantes después cuando don Fabián dibuja una mueca de sonrisa en su rostro de cadáver.







Mis lecturas estivales: Wacha los güeros, de Alfredo Benedí

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La única vida imaginable transcurre en la carretera, en el viaje constante. Sin regresos, sin más proyectos que la noche en un motel; la huída permanente de dos personajes desarraigados por voluntad propia que, entregados al placer que supone recorrer en auto los áridos paisajes del sur de Estados Unidos, en un Petit Cruiser, se ven envueltos en el siniestro universo del tráfico de drogas, el oscuro narco paisaje donde una frontera puede suponer la sutil diferencia entre vivir o morir. Acierta el reconocido escritor Élmer Mendoza que, en la contraportada del libro, bautiza esta obra deAlfredo Benedícomo una novela de viajes. El viaje, la carretera, como paisaje y leit motiv, pero también como trasfondo de una novela negra escrita con energía, frescura y oficio, que cumple las premisas básicas del género: deshumanización, personajes corruptos y una sociedad que ha perdido por completo los valores éticos, morales y el respeto por sí misma. Lo salvaje. Palpable, desde luego, resulta el amor de Benedí por los viajes, como ocurre en su propia vida y como ya sucediera en sus comienzos como escritor, abordando con desparpajo los relatos de viajes. Como lector, cometí la imprudencia de invertir el orden de los factores pero si el producto final se vio alterado, desde luego, fue de manera positiva. En primer lugar, cayó en mis manos la segunda novela de Alfredo Benedí, Estúpidos y felices, que presentamos en Jaca el pasado 10 de octubre (pronto hará un año). No importó que no hubiera leído la anterior, pues la historia funciona completamente independiente respecto a esta. Me gustó. Pero este verano, con motivo de la Feria del libro de Jaca y la mesa redonda de novela negra que organizamos con el Ateneo Jaqués, en la que, además de Benedí, participaron Lucía Santamaría, Lorenzo Silva y Míchel Suñén (Aquí toda la información sobre aquella jornada negra), cayó en mis manos Wacha los güeros. Me ha parecido brillante, con una tensión desbordada que obliga al lector a seguir leyendo, cada vez, una página más. Un comienzo trepidante, unos personajes de una fuerza bestial y lo más importante, la sorprendente, inesperada y original resolución de las distintas situaciones límite que el escritor va planteando al lector en una historia que no deja tregua para el receso. Y todo esto, recordando que se trata de la primera novela de Benedí.
Alfredo Benedí, toma la palabra en la mesa redonda que el Ateneo Jaqués organizó para la XVI Feria del Libro de Jaca. De izquierda a derecha: Benedí, Lucía Santamaría, Lorenzo Silva y Míchel Suñén.
Desde el título, revelador, el lector se ve sumergido en el paisaje fronterizo y árido del sur de Estados Unidos. Además, Alfredo Benedí, también gran aficionado al rock'n'roll, nutre a sus novelas de una importante banda sonora que ayuda de manera determinante a crear un ambiente necesario (de hecho, la publicación de su segundo trabajo, Estúpidos y felices,se acompañó con un CD que incluía la banda sonora de la novela). En Wacha los güeros, encontramos a The Blasters, Eagles, Tom Russell, Johnny Cash, Yolanda Pérez o Brian Setzer, por hacernos una idea del caracter fronterizo que enmarca toda la historia. 
Aquí servidor, como lector mitómano empedernido a la caza de firmas...En la mesa, Lucía Santamaría, Lorenzo Silva y Fredy Benedí.
Mención especial merecen la pareja protagonista, dos jovenes, hombre y mujer, zaragozanos que ven truncados sus proyectos de ese relajado viaje vacacional por el sur de los Estados Unidos. La manera como se ven envueltos en la red de narcotráfico, la evolución de los personajes en la historia y en su propia relación sentimental, las horas de insomnio y carretera, los litros de alcohol ingerido, las sustancias alucinógenas y la inevitable deriva al desarraigo y al desencanto, hacen que el lector pueda identificarlos rápidamente con algunos de los clásicos personajes del cine negro. De hecho, el autor, brinda un guiño a High Sierra, la gran obra maestra que Raoul Walsh dirigió en 1941 con un Humphrey Bogart en el papel del villano Roy Earle, acompañado en pantalla por Ida Lupino, que en España se tituló"El último refugio". Por supuesto, las historias, las temáticas y los personajes en  la novela negra, han evolucionado y se han transformado pero, si realmente respetamos el género, los motivos que mueven a los personajes, esa ausencia de principios, esas bases sobre las que se construye una buena historia, deben ser las mismas."La novela negra debe contener crítica social, así que vivimos buenos momentos para escribirla", aseguró Alfredo Benedí en la mesa redonda de novela negra en la que participó y yo, como lector, no puedo estar más de acuerdo. En cualquier caso, sus personajes y las historias que él crea, sí cumplen a rajatabla este precepto. Desde este humilde rincón y desde la crítica óptica del lector, no podemos hacer otra cosa que recomendar fervientemente la lectura de Wacha los güeros, publicada en 2011 por STI Ediciones, en una edición muy cuidada que cuenta en su interior con un mapa muy original creado por el ilustrador también de la portada, Ángel Lalinde Laita. Y esperar, espectantes, la nueva obra de Benedí que, según reveló en Jaca, sin abandonar el género, transcurre en su totalidad, en la ciudad Zaragoza. Para terminar, incluimos una canción que forma parte de la banda sonora de Wacha los güeros.



Extraño oeste

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Portada de Artur Golart para el volumen de nuevos relatos del oeste Extraño oeste (Libros del innombrable 2015)
La semana pasada se vestía de largo y presentaba en sociedad Extraño oeste, una colección de ocho nuevos relatos del oeste, ejecutados por ocho pistoleros de gatillo fácil y tinta certera, editado por Libros del innombrable. Iniciaba el touren Zaragoza este pasado viernes para desembarcar en Huesca el sábado por la mañana. La tarde de ese mismo sábado tuve la suerte de presentar el libro en Jaca, en la Librería Cafetería Oroel, en un acto organizado por elAteneo Jaqués, junto a dos de los autores del libro, Raúl Herrero e Iván Humanes . A partir de hoy, Extraño oeste abandona Aragón y se dispone a rodar y rodar por toda España, como un estepicursor "on the road", visitando Murcia (27 noviembre), Valladolid (3 diciembre), Salamanca (4 diciembre), Burgos (5 diciembre) y comenzando el nuevo año en Madrid (22 enero) y Barcelona (30 enero)


Como no puede ser de otra manera, para hablar del innovador universo de Extraño oeste, resulta necesario comenzar aludiendo al clásico género literario del western. Conocidas de manera más popular como“novelas del oeste”, este género tuvo la misión de crear una épica inexistente hasta entonces en un país "nuevo" como Estados Unidos. Los western son herederos directos de las novelas de caballería que se extendieron por España, Portugal, Francia e Italia durante los siglos XV, XVI y XVII y de la más vulgarmente conocida como novela de aventuras. Si los escritores de novelas del oeste tomaron un referente en nuestra Literatura, este sería (y de nuevo hay que acudir a él) la universal obra de Cervantes,El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, que podría ser considerado, entre muchos otros aspectos, el mayor western de la Historia.




La novela del oeste nace en Estados Unidos en el siglo XIX pero se considera el primer gran referente la obra“El virginiano” de Owen Wister (1902). Representan ese periodo de expansión de los Estados Unidos hacia el lejano oeste y sientan las bases de los personajes y tópicos que posteriormente crecerán y se desarrollarán de manera espectacular en el mundo del cine, creando un género propio, imitado, repetido y transformado a lo largo de la historia. En estas primeras novelas ya aparecen el sheriff, los vaqueros, el pionero, el bandido, el forajido, el pistolero, el tahúr, los indios, los buscadores de oro…ya se ha creado un mundo y aunque algunos consideran el western un género literario menor, que solo desea divertir al lector y convertirse en un producto de consumo es precisamente esta popularidad el secreto de su éxito que alcanza su apogeo con las novelas y revistas pulp de los años 30 y 40 del siglo XX Entre los autores iniciadores del género, además de Owen Wister, podemos encontrar a algunos grandes autores costumbristas del Realismo estadounidense como es el caso de Mark Twain o incluso a algún europeo, como es el caso del alemán Karl May
 













En cualquier caso el género literario fragua el posterior género cinematográfico del western que terminará por crear una narración legendaria del proceso de fundación de los Estados Unidos. Es tal la importancia que adquiere este género cinematográfico que el adjetivo western se hace sustantivo y se relaciona inmediatamente con estas películas. De hecho, no podemos entender un género sin el otro, pues caminan de la mano y si en 1902 se publicaba la considerada primera obra literaria western, tan solo un año después se estrena “Asalto y robo de un tren” (Edwin S. Poter) el primer western cinematográfico. El cine contribuye a evolucionar el western superando al género literario. A lo largo de los años, se va transformando, adquiriendo mensajes políticos distintos y alimentándose de sus propios subgéneros, como son el western crepuscular o revisionista, el spaghetti western o el chili western. Se considera la edad de oro a la década de los cuarenta y los cincuenta. donde algunos directores como John Ford o Howard Hawks se convertirán en mitos vivientes, así como el actor John Wayne o posteriormente Clint Eastwood.

John Wayne como Ethan en la mítica The searchers (John Ford 1956)



Pero, como hemos dicho, el western evoluciona y se transforma pero nunca termina. Incluso asimila otros géneros. De esta manera, los espectadores, casi sin darse cuenta, son testigos de la transformación del western en películas de ciencia ficción. Volviendo al libro que nos ocupa, como apunta Juan Vico en el excelente y cinematográfico prólogo (titulado Colt 45 que es otro relato más del libro), “La guerra de las galaxias” es un western del futuro. Los caballos se sustituyen por naves espaciales y el árido desierto por la inmensa galaxia pero, en definitiva, el tema es similar. Sigue siendo un western. En el mismo prólogo de Extraño oeste hay un personaje que asegura: “Todo el cine es un western”. Yo iría aún más allá. Diría que toda vida es un western. Lo que nos ocurre a lo largo de los años, nuestras vivencias, todos los avatares que nos van sacudiendo, podrían ser contadas en un western. Es un género vital y por ello nunca pasará de moda. Y precisamente esto es lo que advertimos con la lectura de Extraño oeste





Con la lectura deExtraño oestehe reído, he vibrado con las aventuras de algún que otro personaje épico y me he sumergido como pez en el agua en algunos escenarios de ciencia ficción propuestos por alguno de los autores, de manera muy original y sin abandonar nunca el género del western. En este libro estamos ante ocho relatos largos (alguno de ellos, incluso se podría considerar novela breve) que respetan siempre las principales características que debe tener un relato del oeste sin perder la oportunidad por ello de crear un mundo nuevo, un nuevo estilo, un nuevo tipo de western. El libro se inaugura con “Padres” donde su autor, Rodrigo Martín Noriega, sumerge al lector en una tormenta de arena donde el tiempo es un decorado cambiante; el espacio temporal de ciencia ficción donde sucede este relato va quebrándose, transformándose y el lector, durante la narración, es testigo de algunas de las atrocidades más feroces y de los sucesos más vergonzosos de la Historia de la Humanidad y de la propia Historia de los Estados Unidos. Como dato curioso, decir que Elvis es un personaje más en este relato, pero un Elvis cambiado, convertido en un personaje maldito. Este primer relato estalla en la cara del lector como una gran bomba en un desierto perdido. 






Israel Gutiérrez Collado con su relato “Ringo Star” (que no tiene nada que ver con los Beatles) nos descubre a un héroe en mitad de la miseria de una gran expedición que viaja en la delirante búsqueda del oro. El niño de la familia Holley apodado “The kid” sueña con ser un gran forajido (como él dice, el mayor hijo de perra de este mundo) y a lo largo de expedición se encontrará con Ringo Star. Salvando las distancias, la relación que se establece entre The kid y Ringo Star, esa veneración que siente el chaval por el forajido, recuerda a la del pequeño Joey (Brandon De Wilde) hacia Shane (Alan Ladd)en Raíces profundas (Shane 1953), un mítico western dirigido por George Stevens donde aparece el legendario  Jack Pallance, otro gran forajido, al que yo imagino en el relato de Gutiérrez Collado encarnando a Ringo Star.

Jack Pallance en Shane


Con Cuffs or Coffins (o te amarran o te matan)Diego Luis Sanromán presenta una historia de cuatreros, vagabundos que viajan sin rumbo por el desierto que, como única ambición, albergan la esperanza de sobrevivir. Sus apellidos no importan, por eso todos se nombran Motherfuckery de alguna manera son esclavos de un pasado que les marca de por vida y del que no pueden desprenderse. Hay que buscar el origen de ese pasado en laRevolución de Tierra Amarilla, un suceso real ocurrido en 1967 donde participó Reies López Tijerina que, tras el suceso, tuvo que escapar a las montañas desencadenando una persecución sin precedentes en la historia de Nuevo Méjico. Los protagonistas de esta historia, también están en una constante escapatoria.
Reies López Tijerina, arrestado



Raúl Herrero, el siguiente "pistolero", propone un relato de ciencia ficción con tintes de surrealismo y algunas dosis de necrofilia. Un padre taxidermista y su hijo se refugian en un pueblo de mineros. Consiguen sobrevivir gracias al trabajo del padre, remendando los cadáveres que le suministra un siniestro personaje denominado “Deditos de plata”, cacique y jefe de las minas de plata donde trabaja la mayoría del pueblo. La ceremonia de Anubis es un relato que profundiza en la vida después de la muerte y que está relacionado estrechamente con la historia de Lovecraft y levemente por el doctor Frankestein.





Vacas es un relato futurista escrito porFernando López Guisado, que propone un western crepuscular con androides, humanos zombificados, poetas presos y una mala imitación de la vida en Marte. Curiosamente profundiza en la robótica y en los sentimientos de los androides que en este caso, parecen más puros y fervientes que los sentimientos de los propios humanos, una especie inmersa ya en su declive más absoluto.



También un paisaje terrestre apocalíptico propone José Óscar López con su relato Armas de fuego místico. El ser humano en su obsesivo y delirante empeño de autodestrucción ha conseguido hacer del planeta Tierra un erial inhabitable y contaminado, un desierto comparable, irónicamente, al primitivo primer salvaje oeste; somos testigos, como lectores, de que el incierto futuro del ser humano, en su inevitable proceso involutivo, nos lleva de nuevo hasta un pasado de caverna sin fuego. De nuevo, el espacio temporal es un decorado cambiante y el mundo entero, el horrendo resultado de numerosas guerras atómicas y conflictos donde fundamentalistas religiosos o políticos han acabado por destruir nuestro propio hogar. Como dato tristemente curioso, apuntar que leí este relato justo el día después de la terrorífica noche de los atentados en París. Desde luego, no es de extrañar que lleguemos al paisaje que recrea José Óscar López, como consecuencia visible de conflictos religiosos interminables, la desesperada carrera del ser humano hacia la autodestrucción.



Y llegamos ya al último relato, el titulado “Kadath” donde Iván Humanes da rienda suelta a su imaginación reuniendo en un western puro pero imaginario, a Lovecraft, Bruce Lee, Bud Spencer y Terence Hill como forajidos incorregibles que, entre secretos, saloon y violencia, compartirán también una de aquellas partidas legendarias del oeste, que destaco como el fragmento quizá más divertido del relato. Humanes crea un relato muy dinámico, donde suceden muchos cosas y establece una interesantísima mixtura de estilos que se complementan a la perfección bajo el escenario mítico de un western.







Como vemos, Extraño oeste dispone un diverso ramillete de paisajes, temáticas y estilos que comparten como factor común, las características fundamentales e inconfundibles del western, aderezadas con recursos y estilos que se encuentran entre los más vanguardistas, con toques de literatura weird y western punk. Una nueva manera de entender y explicar la aridez del oeste americano.

Aquí con Iván Humanes y Raúl Herrero, momentos antes de la presentación en Jaca.
Resulta necesario acabar así:


I

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Ruinoso.
Abandonado, polvoriento, cuchitrilero Café
de mesita carcomida y desconchada antología
etílica.
Cascarón de proa en el insigne buque Oroel,
altozano inapelable, buitrera, roquedal,
malnacido alcázar abandonado,
jaula de pasado, memorial
de fantasmas y fusilados, ejido;
maltrecha y oxidada carcasa
de automóvil sin piel, vencido
por el paso de las lluvias
y el ciclo de las tormentas,
fósiles mecánicos
arrojados al desesperante erial camposanto
con alma de metal,
vieja antena receptora
de telégrafos ancianos,
rodeada por la mala yedra, inmovilizada;
olivo envirado, horca en la sombra,
hueco de escalera, soga artesana,
foso repleto de esqueletos,
adorada viga inquebrantable,
lecho del río.

Minucioso estudio de incomparables oquedades
dispuestas para el suicidio
o la escritura.

Igualmente,
cuando tu cuerpo necesita
su habitual dosis de sexo
para seguir latiendo,
desprende un inconfundible aroma a petricor,
manía compartida
con el reciente cadáver expuesto
bajo la lluvia profunda.

Al fin, estas contradicciones insanas
son las que debe solucionar
la poesía.


Natalie Cole

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Natalie Cole, niña, descansa sobre el hombro de su padre, Nat King Cole
Repentinamente terminó la vida de Natalie Cole, sin poder entrar en el año 2016, la misma noche de fin de año, de manera inesperada y demasiado temprana, a sus 65 años, víctima de una insuficiencia cardiaca. Natalie Cole dejó de ser "la hija de Nat King Cole" desde que en 1975 apareciera su primer álbum titulado "Inseparable"y posteriormente"Natalie"o"Unpredictable"que, aun a sabiendas del peso de su apellido, la clasificaban inmediatamente como una cantante moderna, en la línea de Aretha Franklin en su madurez (salvando las distancias), virtuosa en el soul, el R&B y atraída incluso por el rock and roll. Natalie irrumpió con fuerza en el panorama musical de la década de los setenta, consolidándose en los ochenta, cuando  alcanzó su máxima cuota de popularidad, atreviéndose incluso a versionar Pink Cadillac de Bruce Springsteen.

Aquel primer momento de gloria fue más bien efímero, circunstancia a la que se sumaron graves problemas en su adicción al crack, la heroína y el alcohol, que la alejaron en diferentes etapas de su carrera. La sombra de su padre era muy alargada y el peso del apellido Cole que, en un principio, parecía haber superado, hacían mella de manera definitiva en su carrera. Natalie Cole volvió a acertar. Superó sus adicciones y las reconoció públicamente, paso que también contribuyó a la aceptación general del público estadounidense. Además, lanzó su primer álbum en el que recuperaba los clásicos de su padre, los clásicos del jazz. Todo un acierto que le valió regresar a una popularidad más consolidada que se mantuvo hasta el final de su vida. El disco, titulado Unforgettable...with love, gracias a las nuevas tecnologías recuperaba la voz de Nat King Cole para unirla con la de su hija en un emotivo dueto. Se estrenaba aquí de esa manera lo que después derivó en una absurda moda por la que los cantantes actuales podían cantar con antiguas leyendas de la música. Natalie ya no abandonó el jazz. Dos años más tarde veía la luz Take a look y al año siguiente The Holy and the Ivy, un más que recomendable LP que recoge los grandes clásicos navideños en clave de jazz y blues relajado. Siguiendo la estela de su padre, finalmente, en 2013 su último trabajo fue Natalie Cole en español donde recuperaba los boleros que ya cantara él allá por los años cincuenta, boleros por cierto, que en España cosecharon un gran éxito comercial a pesar de que Nat leía las letras, fonéticamente, sin tener ni pajolera idea de lo que estaba diciendo.

Natalie Cole en una de sus últimas actuaciones,
Siempre he sentido debilidad por esta voz aguda, aparentemente siempre joven, de esta mujer que interpretó como nadie las suaves baladas de jazz. Su voz quedará para siempre en nuestro recuerdo. Por ello, quiero dejar aquí una lista de aquellas que, aunque bien no serán sus mejores grabaciones sí conforman mis canciones predilectas en su repertorio.

1.- Non dimenticar
2.- Cry me a river
3.- Take a look
4.- Orange colored sky
5.- That sunday, that summer
6.- Smile
7.- L.O.V.E
8.- Let there be love
9.- Jingle bells
10.- Merry Christmas, baby
11.- Calling you
12.- My baby just cares for me

Y nos despedimos y despedimos a la tierna Natalie con uno de sus mejores éxitos. Non dimenticar es una canción italiana de P.G. Redi (Luigi Pulci) Nat King Cole la popularizó en Estados Unidos y Natalie grabó una versión deliciosa que aquí, en San Remo, canta en directo:


Acherito

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(7/05/2014-11/01/2016)

En esta casa superpoblada,
desde que faltas tú,
persiste un silencio estridente,
un vacío indigesto;
resiste tu calor evidente,
ahora que faltas tú.

Cuando se ha instalado la ausencia
en la cara más fría del nido familiar,
desde que te has marchado,
pervive a nuestro lado tu bondad,
la luz de tu pelo negro, como una noche azul,
la necesidad de tu amor;
es un okupa la lealtad
en tu ladrido de estrellas,
ahora que has cruzado el umbral.

Contrariamente a los seres humanos,
eres inocente.
Contrariamente, tú no mereces la muerte;
eres lágrima, memoria, eco,
todo alma presente
y desde que nos faltas
hay un rastro lunar que persigo.
Porque eres río, eres fuente,
una pradera interminable,
al aire simiente,
ahora que no soy tu dueño
y eres libre,
ahora que eres
eternamente feliz.

Acherito (FOTOGRAFÍA: STOLISKY ART
 (*Este poema más que un poema es un texto escrito con el corazón y la intensa tristeza que produce la ausencia del compañero y amigo más generoso y más eterno que he conocido. Esto es simplemente un recuerdo. "Solo existe alguien que te quiera más que a sí mismo: El perro")


Cervantes 400, según Arrabal

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Libros del innombrable y por extensión, su editor, Raúl Herrero, conmemoran el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes con un volumen cuidadosmanete editado que reúne dos obras de Fernando Arrabal, ofreciendo una visión diferente y novedosa sobre el universar autor alcalaíno. "Pingüinas", obra que se representó con éxito en el Teatro Español el año pasado (abril 2015) y el ensayo del que nace la citada obra, "Un esclavo llamado cervantes", ponen en bandeja a los ojos del lector el extenso universo de Fernando Arrabal a través de Cervantes. Cervantes, según Arrabal. Estos es, un Cervantes muy distinto al que estamos acostumbrados. 
Fernando Arrabal
De una mano y como principio, aunque situado en la segunda parte del volumen, tenemos el ensayo "Un esclavo llamado Cervantes". Aquí Arrabal sienta las bases de su pensamiento cervantino sobre el que, posteriormente, edifica la obra de teatro. Desde el título del propio ensayo podemos percibir que uno de los elementos centrales será la condición de cautivo que Cervantes sufrió en Argel y con la que el dramaturgo melillense se identifica, recordando su encarcelamiento en 1967 a manos del régimen franquista. Así mismo, recuerda Arrabal haber sido iluminado, durante su cautiverio, por la lectura de las obras de Miguel de Cervantes y concibe este ensayo como "una deuda pendiente" con el autor del Quijote. Por ello, es un ensayo más cercano a un diálogo entre Arrabal y Cervantes. Así mismo aparece en"Un esclavo llamado Cervantes" el rasgo que considero más destacable en este volumen: el lado femenino de Cervantes. A partir de las mujeres familiares que rodearon su vida (su madre, su abuela, sus hermanas, sus primas, su hija "bastarda") Arrabal construye su vida y concibe que todos los personajes femeninos en sus obras nacen de la influencia familiar, desde Aldonza Lorenzo hasta Galatea pasando por Sigismunda.  Mujeres fuertes, resolutivas que conformaron un modelo de vida para el futuro escritor. En definitiva, las cervantas familiares de la vida real caminan de la mano con las cervantas literarias. En el seno de la familia donde nació Miguel de Cervantes la figura del padre es gris, insignificante y resulta diluída. A menudo, la familia debía afrontar las deudas de este, que intentaba ganarse la vida pero que, en realidad, malvivía como barbero curandero. Las decisiones eran tomadas por las mujeres de la casa e incluso, durante su estancia en Toledo, regentaron una pensión con la que consiguieron salir adelante. En este punto, Arrabal alude a la puntual prostitución de la hermana del escritor, Andrea Cervantes que, al atender a señores pudientes en las habitaciones más reservadas de la pensión, abría las puertas para su familia a haciendas, terrenos y bienes con los que el cacique de turno reparaba muy gustoso el honor de Andrea. Efectivamente, el peso femenino en la vida de Cervantes supone el detrimento del masculino. De nuevo Fernando Arrabal conecta en su biografía con el universal alcalaíno: la ausencia del padre. 

Fernando Arrabal y sus Pingüinas
Estamos ante el Cervantes más feminista. Y a partir de esta condición, Arrabal también hace hincapié en la homosexualidad del escritor, especialmente, deteniéndose en su época como "camarero" del cardenal Acquaviva quien parecía estar enamorado de Miguel, llegando incluso a la frase definitiva: "Miguel de Cervantes hubiera querido nacer mujer". Además, el dramaturgo melillense, desmonta la leyenda del "manco de Lepanto"y nos cuenta cómo Cervantes, aunque estuvo condenado a perder la mano derecha, logró escapar y durante toda su vida conservó ambas manos, siendo lo contrario una leyenda muy bien alimentada. A propósito, el volumen que edita Libros del Innombrable está cuajado de imagenes de estatuas de Miguel de Cervantes donde siempre aparece representado con sus dos manos.

Estatua de Miguel de Cervantes en Valladolid, con ambas manos.
 Mucho más que todo esto. Arrabal también repasa los comienzos del joven Migul. Los lugares que conoció, sus viajes, la influencia que sobre él ejerció el teatro de Lope de Rueda. A través de Cervantes, Arrabal ofrecé su personal visión sobre la religión, la filosofía y la Historia de España, desde los líos de faldas y el supuesto fratricidio que sacudió el reinado de Felipe II hasta el mismo golpe de Estado de Tejero., pasando inevitablemente por las sombras alargadas de la dictadura franquista. Una visión muy particular y sobretodo, feminista que obtiene su eco, posteriormente, en la obra teatral "Pingüinas". En ella se dan cita diecisiete personajes femeninos, aunque solo diez de ellas, con voz: Torreblanca, Luisa de Belén, Constanza, María, Andrea, Magdalena, Martina, Catalina, Isabel y Leonor. Todas ellas son las familiares de Miguel de Cervantes (Miho, en la obra), desde su abuela, hasta su hija, pasando por su madre, sus hermanas (Luisa, la hermana monja, da mucho juego) sus tías y sus primas. En esta obra se da cita el caos y la confusión propias del Arrabal dramaturgo, el pánico y el absurdo. Las diez cervantas, en la obra, son moteras, "ángeles del infierno" que, montadas en sus motos, luciendo vaqueros del siglo XXI y corpiño del XVI, divagan sobre Miho, su obra y todas las derivaciones que ya hemos citado, referentes al ensayo. Las cervantas entran en trance, como si fueran ménades y Arrabal las convierte en derviches femeninas (dervichAs) que giran y giran en espiral para ascender hasta Miho, quien atesora la única y posible libertad. La representación de la obra, en abril de 2015, contó con un súper producción, muy espectacular y contó con la buena aceptación del público y la crítica. Paloma Fidalgo, para"It's Playtime"la calificó como mejor obra de Arrabal"

"Pingüinas"/"Un esclavo llamado Cervantes"representa la mejor forma de conmemorar literariamente el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. El libro fue presentado el pasado 19 de marzo en Jaca (Huesca) con el Ateneo Jaqués  y ayer en Zaragoza. De momento, está confirmada la próxima presentación en Barcelona. Dejamos una imagen de la presentación en Jaca y recomendamos este título a todo bloguero que asome su mirada por aquí.
Raúl Herrero, en calidad de editor, presentó el libro en Jaca el pasado 19 de marzo en Jaca en el acto que supuso un recuerdo a Miguel de Cervantes. Yo tuve el placer de acompañarle.



 

La bondad y la ira: Las últimas horas de vida de Ramón Acín

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No suele ser el cómic mi ámbito de lectura más habitual. De hecho, dejó de serlo cuando alcancé la mayoría de edad y guardé en un cajón los tebeos de Superman, Batman, Spiderman y mis preferidos, aquellos Mortadelo y Filemon, 13 Rue del Percebe o incluso Zipi y Zape, que inspiraban mis mañanas de infancia y sol dominical. Pero creo que considerar el cómic un género dedicado a un público infantil o a unos lectores que no rebasan la adolescencia resulta un craso error. Hoy me ocupa la reseña de un cómic histórico, por el tema; confeccionado con un gusto exquisito y una elegancia serena, probablemente, otorgada por el uso exclusivo del blanco y negro. “La bondad y la ira” es una obra de Daniel Viñuales y Juan Pérez, publicada por la editorial aragonesa GP Ediciones, cuyo argumento se basa en las últimas horas de vida del pedagogo, humanista escultor y pintor anarquista oscense Ramón Acín Aquilué. El cómic fue presentado en Jaca, con el Ateneo Jaqués, el pasado 16 de abril dentro de los actos conmemorativos de la proclamación de la II República Española. 

Juan Pérez y Daniel Viñuales, autores de "La bondad y la ira" durante la presentación en Jaca
Sin duda, es Jaca, una de las plazas más adecuadas para presentar este cómic. Mientras Ramón Acín, oculto tras el hueco de un armario, prisionero en su propio hogar, espera la que ya advierte como una muerte segura, tiene tiempo de repasar, a través de unos dibujos que confecciona a la somera luz de una vela, su vida entera, dedicada a propagar su revolucionaria ideología a través de la palabra, la paz y la libertad. En sus recuerdos caben obras, arte, números, revolución, anarquismo, paz, ciudades y nombres propios. En sus recuerdos cabe Federico García Lorca, a quien conoció becado en Granada, o Ramón Gómez de la Serna con quien trabó amistad a través de su primo, el pintor Ismael González de la Serna. En sus recuerdos, Huesca, Zaragoza, Madrid, Barcelona, París…y un boleto de lotería premiado que destinará a producir la película “Tierra sin pan” (“Las Hurdes”) de su amigo Luis Buñuel. Y en el centro de sus memorias, su amigo Fermín Galán, Ayerbe, Anzáñigo, la Sublevación de Jaca del 12 de diciembre de 1930 y la libertad sentenciada a muerte. La parte central de “La bondad y la ira” es el golpe de estado que llevaron a cabo los capitanes Fermín Galán y García Hernández, proclamando en Jaca, por primera vez en España, la Segunda República Española. Ramón Acín fue el hombre de confianza que aguardaba a Galán en Huesca y el que a la postre, avisaría a los capitanes de la traición que llegaba desde Zaragoza, sembrando la muerte por los caminos. Galán y García fueron fusilados y Ramón Acín partió al exilio. Con la llegada de la Segunda República, aquellos capitanes ejecutados fueron los héroes mártires y Ramón Acín volvió triunfante a Huesca. 

Ramón Acín
A partir de entonces, intensificó su labor sindicalista, interviniendo como representante del Alto Aragón en los congresos de la CNT en Madrid y publicando artículos periodísticos sobre el ideario anarquista. A partir de 1932 es encarcelado hasta cuatro veces, por “insultos y amenazas a la autoridad” o bajo la falsa acusación de preparar una nueva sublevación en Jaca. Paradójicamente, la libertad que suponía la proclamación de la Segunda República se convierte para Ramón Acín en ley mordaza y cautiverio. El 19 de julio de 1935 tiene lugar el golpe de estado franquista y Huesca cae en manos de las tropas rebeldes. Numerosos republicanos parten al exilio y otros permaneces ocultos en sus casas. Es el caso de Ramón Acín, que consigue pasar desapercibido tras un armario de su casa, a pesar de las continuas visitas de las tropas franquistas que despacha como puede su mujer, la naturista, esperantista y pianista Concepción Monrás Casas, con la que había contraído matrimonio en 1923 teniendo dos hijas, Katia y Sol. 

Ramón Acín entre sus hijas Sol y Katia. En pie, su mujer Concepción Monrás y al lado, sentada, una mujer no identificada
Conchita Monrás y sus hijas Katia y Sol.

El 6 de agosto, para evitar el maltrato de su esposa a manos de las tropas falangistas, Ramón Acín se entrega, siendo fusilado aquella misma noche. Pero con ello no logró librar de sufrimiento a su familia pues su esposa, Concepción Monrás, sería ejecutada el 23 de agosto. Pasado el tiempo hallaron el cadáver del artista oscense que pudo ser reconocido por llevar en el bolsillo de su pijama pinturas y pinceles, la artillería de un dibujante. “Muerto por refriega en la Guerra Civil” aparece en la partida de defunción 

La producción artística de Ramón Acín fue incontestable y tras su muerte, reconocida de manera universal. A la temprana edad de veinte años ya participa en la Exposición Hispano-Francesa de 1908 que conmemora el Centenario de los Sitios de Zaragoza y su actividad expositiva se mantiene de manera regular, intensificándose en sus últimos años de vida. La Diputación de Huesca becará sus estudios en 1914 y el artista aragonés tiene la oportunidad de conocer Madrid, Toledo y Granada donde entra en contacto con artistas de su tiempo como el citado pintor Ismael Gonzáles de la Serna o el escritor Federico García Lorca. Al regresar a Huesca, ocupa la plaza de profesor interino en la Escuela Normal de Maestras y Maestros de Huesca. Pero es su visita a París, en 1926, la que marca un antes y un después en su producción artística, entrando en contacto con las últimas tendencias vanguardistas, asimilándolas y comenzando así sus trabajos con la chapa retorcida. Fruto de esta nueva corriente y de una nueva y frenética actividad escultórica, en 1929 se instala la Fuente de las Pajaritas que aun hoy se puede contemplar en el parque Miguel Servet de Huesca. -Pajaritas que aparecen decorando las viñetas de “La bondad y la ira” como un leit motiv que directamente nos remite al talante pacifista del artista-. Ese mismo año también se produce su primera gran exposición individual en las Galerías Dalmau de Barcelona. Sus exposiciones recorren ya, sin ningún tipo de dificultad, Huesca, Zaragoza, Madrid pero se ven interrumpidas por el exilio, en 1930 A su regreso, proclamada la Segunda República, expondrá en el Ateneo de Madrid y en el Círculo Oscense. Pero su vida artística, como su vida social, se ve siempre condicionada por la política. Ramón Acín, hombre de palabra y de paz, asombrosamente es condenado a permanecer en prisión en numerosas ocasiones a lo largo de su vida, tan solo por pensar que podía expresar sus ideas libremente. Capítulo aparte merecen sus artículos periodísticos y su trabajo como viñetista que recalca el cómic “La bondad y la ira”. Dibujos en prensa como “Guerra a la guerra” que en 1920 transmite una ideología antimilitarista y pacifista, le llevan directamente a prisión. Así mismo, sorprende su carácter visionario y fantástico con la serie “Corridas de toros de 1970” que presenta en el Teatro Principal de Huesca, en 1923, con un novedoso espectáculo de linterna mágica. Su debut como articulista fue en la revista barcelonesa “La ira”, que contaba con el prometedor subtítulo de “Órgano de expresión del asco y la cólera del pueblo” y a partir de ahí son famosas sus “florecicas” en la revista “Solidaridad obrera”, artículos periodísticos políticos donde dejaba claras sus ideas anarquistas, apostando por la libertad y la paz en contra de cualquier tipo de violencia. Célebre fue el artículo “El noi del sucre” sobre el asesinato de Salvador Seguí donde literalmente decía: “Nadie puede condenar y ejecutar a otro, ni en nombre de la ley ni en nombre de nada…” Así mismo digno de recordar resultará su artículo “Por estética de humanidad”, donde pedía el indulto del poeta condenado a muerte Juan Bautista Acher y condenaba la práctica del garrote vil. Por este artículo, publicado en el Diario de Huesca, sería encarcelado en 1924 
Ramón Acín inaugurando La Fuente de las Pajaritas
Otra ilustración de "Guerra a la guerra"

Dibujo perteneciente a "Guerra a la guerra"
Una época de mordaza y libertad enjaulada la que vivió Ramón Acín que, sin embargo, siempre fue un visionario y un soñador que creía posible la libertad. De hecho, si viera que casi un siglo después de su asesinato, hay titiriteros encarcelados por representar su función y la mordaza de hoy tampoco se diferencia tanto de la que él sufrió, su desesperanza sería mayúscula. Sería adecuado, de alguna manera, contribuir a difundir la memoria de Ramón Acín, tanto artística como vital e ideológicamente. A ello contribuye, sin duda, “La bondad y la ira. 




Fotografía actual de LA fuente de las Pajaritas, en el parque Miguel Servet de Huesca



Sombras y siluetas, de Miquel Zueras

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Portada del libro, diseñada por el propio Miquel Zueras


Recinemtemente, invitado por el Ateneo Jaqués, el escritor barcelonés Miquel Zueras visitó Jaca para presentarnos su libro, "Sombras y siluetas (Relatos extraños)"  una colección de 73 relatos salpicados de sus inconfundibles ilustraciones.
Una de las ilustraciones del libro

 El autor catalán de raíces zufarienses congregó a una veintena de personas en la librería Oroel, en otra colaboración más (y ya son unas cuántas) del establecimiento emplazado en la plaza Biscós con las actividades del ateneo. Fue una tarde de sombras porque, en animado coloquio con el público asistente, Miquel Zueras recordó los viejos tiempos de dibujantes como Vázquez, El Roto (Andrés Rábago) o revistas como “El víbora” y la mejor época de la editorial Bruguera, reconociendo en todo ello y en los autores norteamericanos sus mayores influencias como dibujante e ilustrador. Y también fue una tarde de siluetas, porque cada libro dedicado por el autor a los asistentes, fue un dibujo original que el lector podrá disfrutar ya para siempre, como un tesoro para su biblioteca.
Una de las secciones de "Sombras y siluetas"

Miquel Zueras forma parte de esa pequeña porción que resiste en la bohemia barcelonesa artística de los setenta, ochenta e incluso, principios de los noventa. Procede de la mejor Barcelona cosmopolita, hoy añorada y devorada por el habitual sometimiento al turismo. Sus relatos están impregnados de esa ciudad, con influencias que van desde la más profunda y reconocible cinefilia, hasta góticos ambientes propios de autores como Lovecraft, pasando por el sexo, los relatos eróticos, el vampirismo, los bares de la ciudad o el lóbrego escenario de un cementerio dispuesto para una nueva historia de terror. En el estilo narrativo se da cita la cinematografía, siendo uno de los recursos preferidos por el autor el humor negro y derivando, en más de una ocasión, al siempre necesario surrealismo. Por otro lado, la estética y el estilo de sus ilustraciones es claro, definido y tan personal que siempre podremos identificar a Zueras tras los trazos de sus dibujos. Identificable desde la misma portada del libro, un guiño-homenaje a Saul Bass y especialmente a la cabecera que diseñó para la película “Anatomía de un asesinato” (Otto Preminger. 1959) Otra de las facetas más destacables del autor es la de actor de doblaje, habiendo trabajado en anuncios televisivos, cortometrajes y películas. Durante la presentación, el público asistente pudo comprobar los distintos registros de Miquel Zueras, cuando ofreció la lectura de algunos relatos del libro como “El huevo” o “El interior de la caracola” Ya lo anuncia el subtítulo del libro: relatos extraños. Bien merece la pena sumergirse en su lectura y saborearlos, poco a poco, junto a sus ilustraciones.
Miquel Zueras durante la presentación
Personalmente, fue un honor y un placer poder recibir y presentar en Jaca a Miquel Zueras, al que me une una férrea amistad fraguada en los primeros tiempos de la “blogosfera”, aquel universo paralelo donde algunos peces escribientes nadábamos con total libertad “pariendo” nuestros hijos, más o menos literarios, al libre albedrío y sometiéndolos al inapelable juicio de la red de redes. Más tarde, allá por 2011, nos conocimos personalmente al colaborar los dos (él portada, yo poema) en un libro solidario titulado “Uni-versos para Somalia” y posteriormente, coincidiendo en otra publicación solidaria, esta vez titulada “Escribiendo esperanza”, que también significaba la primera edición y publicación del Ateneo Jaqués. Siempre que he viajado a Barcelona, Miquel ha ejercido de perfecto anfitrión y de guía excepcional por la ciudad, eso sí, especializado en los establecimientos hosteleros, con una sincera tendencia al Boada’s, la clásica coctelería de la calle Tallers con Ramblas. De este histórico establecimiento, en su sesenta aniversario, Miquel dibujó una viñeta para cada cóctel de la carta, publicándose un delicioso librito con estas ilustraciones en edición limitada para los clientes del local. 
 
Con Miquel Zueras en una de sus anteriores visitas a Jaca, en el legendario, mítico e imprescindible Bar Miguel, donde todavía podemos encontrar y pedir Calisay.
La colaboración de Miquel Zueras con el Ateneo Jaqués ha sido constante. Además de su participación en el citado libro “Escribiendo esperanza”, también ha colaborado en recitales de relatos breves, en exposiciones (como la dedicada a Frank Sinatra) y últimamente, en la suculenta revista “El eco de los libres”, ya a la venta (podemos adquirir ejemplares escribiendo un correo a ateneojaques@gmail.com) donde también podemos disfrutar de uno de sus relatos ilustrados. Desde Jaca, deseamos que esta colaboración nunca termine. Gracias por todo, Miquel. 
Miquel Zueras, en la presentación de "Sombras y siluetas" lee uno de sus relatos.

Fernando Arrabal en persona

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Fotografía de Julio Miranda

Experiencia Arrabal

Entrar en Madrid procedente de Aragón siempre me ha resultado sumamente sencillo. Sin embargo, el asunto se complica y adquiere cierta enjundia si uno decide visitar lugares ignotos y lanzare así a la improvisación, a calzón quitado y por supuesto, desprovisto del detestable y común aparatejo de voz tomada que algunos llaman "navegador". "¿Pero vienes sin navegador?" -preguntan, ojipláticos-. Y entonces piensas en sus padres, en sus abuelos, todos sus antepasados "navegando" por aquellas carreteras estrechas y vericuetos donde nunca perdían rumbo ni escuchaban esa absurda y fanfarrona celebración: "¡Se ha perdido la señal GPS!". Premisa a tener en cuenta: si por primera vez visitas Majadahonda y debes regresar a Madrid, darás tantas vueltas a la M-30 que amenazarás la rotación terrestre. Precisamente de Majadahonda llegábamos mi excelso copiloto, Raúl Herrero y yo, después de entrevistar a Antonio Chicharro, hijo del poeta Eduardo Chicharro y de la pintora Nanda Papiri, para la revista del Ateneo Jaqués "El eco de los libres"y su dosier especial que dedicará al Postismo.
Durante la entrevista, junto a Antonio Chicharro y sus dos peludos amigos
Dos horas de retraso en la llegada al hotel propició que nuestra amiga Marta García tuviera que narrar, vía telefónica, los acontecimientos arrabalaicos en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo. Rondaban ya las ocho y media de la tarde cuando todo el sol que faltaba en la noche de Madrid irrumpió en la cafetería de un hotel. Fernando Arrabal, con sus perpetuas cuatro lentes, lleva el universo por atuendo. Levanta dos dedos de la mano izquierda y sonríe como un travieso sátiro mientras sostiene al dios Pan, en un negro maletín, a la diestra. Abraza a su amigo y editor Raúl, besa a su amiga Marta, a Belén y estrecha mi mano llamándome "poeta", una palabra que hoy considero inventada solo para él. Toda su jornada ha discurrido en ARCO, atendiendo a la prensa, realizando largas entrevistas e ingiriendo litros y litros de Coca Cola, todo su alimento fierabrás. Tiene 84 años y más vitalidad que un joven de treinta. Accedemos a un reservado de la cafetería. Cuando Arrabal habla, cambia el paisaje. Con sencillez y de manera natural todo se vuelve ceremonial, casi ritual. Es inevitable. La liturgia del aprendizaje. El Maestro habla a sus discípulos que escuchan como quien recibe el Pan sagrado. Arrabal comienza diciendo que no es un genio y todos admiramos la humildad de una leyenda. Después desmenuza con sus dedos el mito del don Juan, del burlador de Sevilla; destruye al seductor. "¡Es mentira! -dice- Nunca ha existido". Y del amor, confiesa, también es falso. Habla de los salones de masaje, del burdel que regentaba en París la madre de Sara Bernhardt y de la asiduidad que le profesaban ciertos monarcas (Alfonso XIII y su catre con resortes, el zar de Rusia o el rey de Inglaterra) Habla de Bretón, Topor, Dalí y la navaja de Buñuel sobre el rechazo de Gala. Refiere a Ionesco, Picasso, Jodorovsky y a la vez, aporta una visión, como siempre, diferente, insólita y propia sobre los refugiados. Cuenta un chiste, recuerda el momento en que vio a la Virgen María, pregunta a cada uno de nosotros sobre hazañas sexuales, revela cómo estuvo a punto de morir asesinado en México D.F. y comentamos el artículo que acaba de publicar en ABCdonde, precisamente, cita al poeta Eduardo Chicharro. Con Arrabal no existen las casualidades. Nada y todo son confusión y rigor. Se cumplen las once de la noche y los camareros no entienden de genialidades. Hay que abandonar la estancia. Arrabal sube a la habitación y el resto del grupo, ya descabezado, intenta inventar una noche que acaba de morir. Sin embargo, adquiero otro aprendizaje: nunca más visitar el local "Le Petit" en calle Margalejo donde un Manhattan es un granizado de viscoso color naranja.
Arrabal en ARCO. Fotografía de Marta García

Otra fotografía de una de sus innumerables intervenciones en ARCO. Fotografía de Marta García.
Fernando Arrabal, Raúl Herrero y yo en la mencionada cafetería del hotel. A esas alturas, la noche, ya es una naranja exprimida. Fotografía: Marta García

Al día siguiente, Marta, Raúl y yo encontramos a un Fernando Arrabal pletórico. Espera en la calle nuestra llegada. Quiere desayunar chocolate con churros. Yo advierto que en mi hotel carecían del clásico desayuno y él reacciona: "¡Es imposible! ¡Es Madrid! Si no hay churros en Madrid...¡es necesaria la revolución!". De camino al Bar Santander también alude a la dificultad de encontrar pistachos por donde quiera que vaya. Ese sábado el sol en la capital luce espléndido y nos dirigimos a  la terraza. Arrabal vislumbra una mesa solitaria con los restos de un desayuno madrugador. En concreto, una de las porras del plato parece intacta. Rapiña. "Sí, están buenas. Nos quedamos" -dice- Al desayuno acude el editor y amigo personal Juan Carlos Valera que ha regalado a Arrabal una obra con la que aparece en la entrevista de La Razón de esa misma mañana y el presidente de la Casa de Melilla en Madrid, Julio Miranda. A las doce del mediodía don Fernando ofrecerá una conferencia en la sala Cayón. Sin embargo, desayunamos sin ninguna prisa. Tenemos tiempo de recordar su obra epistolar dirigida a Fidel Castro y a Francisco Franco. Resume con rabia su llegada a Cuba y la horrible sensación de sentirse rico y poderoso, solo por ser europeo. Una leve sombra en sus claros ojos. No termina el chocolate. En cambio, apura la Coca Cola de su hija Delia.
Fernando el santo. Fotografía de Marta García

El trayecto a pie hacia la galería es delirante. Arrabal camina despacio porque es un observador que, además, disfruta de la conversación. Pregunta si es normal que los madrileños conduzcan tan deprisa y en mitad del cruce, comienza a torear los vehículos que pasan por su lado. Al fin llegamos a la sala y acude de nuevo la ceremonia. Un cenáculo donde los apóstoles rodean al maestro. Arrabal habla de la miseria que azota invariablemente a los más brillantes artistas. Solo conoció a un par de pintores que fueron afortunados y murieron ricos: Dalí y Picasso. El resto de poetas mueren ignorados y miserables. "Pero los poetas cambian el mundo" -advierte-. Recuerda también el momento cumbre del Surrealismo y la ceremonia de 1959, destacando la figura del artista Jean Benoît en "La ejecución del testamento del Marqués de Sade" y termina con la fundación del movimiento Pánico.
Instante de la conferencia en la sala Cayón. Fotografía de Julio Miranda
Instantes antes de terminar la conferencia. Fotografía: Marta García
Conocer a Arrabal es una experiencia única, un continuo aprendizaje. Es un maestro, un sabio que no se considera tal, un místico, casi un santo; es cercano, ofreciendo y despertando cariño entre las personas que lo rodean. En España y su habitual desconocimiento prevalece una idea muy alejada de la realidad. Ahora Arrabal está sentado en el centro de la mesa. A su derecha, Julio Miranda, Raúl Herrero y yo. A su izquierda, Marta García, Juan Carlos Valera y su paisano José Jóver. La Última Comida es en La Fábrica de calle Génova. Tiene la amabilidad de firmar algunos ejemplares de sus libros. Debe partir y nos parte la despedida, nos vacía. Con él vuela, en su maleta del dios Pan, un ejemplar de "El eco de los libres", revista que contará con su colaboración en el próximo número. Mis incipientes alas todavía no son fuertes para volar a París pero crecerán entre huellas arrabalaicas. Cada vez que se marcha, Arrabal deja huérfana a España y esta ciudad, desde hoy, debería cambiar su lema: "De Arrabal, al cielo".

Marcos Callau
(Artículo publicado en El Pirineo Aragonés, el 3 de marzo de 2017)

De izquierda a derecha: (Yo), Raúl Herrero, Julio Miranda, Fernando Arrabal, Marta García, Juan Carlos Valera y José Jóver. Fotógrafa anónima.




Agradezco la oportunidad de haber conocido a Fernando Arrabal, a mi amigo Raúl Herrero. No viviré vidas suficientes para agradecer tan suma hazaña.

Pasadas las horas y recién llegados a Zaragoza, sin embargo, la pesadilla de nuestra España cerril y cazurra entra en escena. Lamentamos profundamente esta noticia que más parece un latigazo contra la espalda: el Ayuntamiento de Madrid decide retirar los nombres de Max Aub y Fernando Arrabal de sus correspondientes naves 10 y 11 en el complejo cultural del Matadero. La indignada protesta y la reacción, poco secundada pero rápida, no se hace esperar. En las jornadas próximas asistimos al "recule" y Manuela Carmena tilda de "confusión total" el desbarre de Mateo Feijóo, cabeza visible del nuevo equipo de dirección en estos espacios y asegura que ambos nombres se mantendrán finalmente en las naves del Matadero. No obstante, parece que todavía resiste cierta reticencia a colocar de nuevo los rótulos que rezan Max Aub y Fernando Arrabal. POR FAVOR. Para una vez que habían ustedes acertado, no deshagan el camino, no nos hagan pasar más vergüenza. Pidan, si es necesario, ochocientas mil disculpas, pero no se muestren dubitativos, reaccionen como es debido y coloquen sin demora los rótulos donde corresponde. Si desean que el Matadero sea reconocido como un referente cultural, ¿cómo ir en contra entonces de la libertad, del conocimiento, de la propia cultura?, ¿cómo no rendir tributo a Max Aub y a Fernando Arrabal per saecula saeculorum? Por si acaso y para que quede claro, sumamos nuestro apoyo para que las naves 10 y 11 por siempre, lleven el nombre de Aub y Arrabal, respectivamente. Nombres que permanecerán aun si muere el Matadero. Publicamos la dos postales que Arrabal remitió a Manuela Carmena. La primera, cuando estalló la polémica. La segunda, un agradecimiento post-recule.


El ingenioso hidalgo, Miguel de Cervantes (Han Ryner. Libros del Innombrable 2016)

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La portada de "El ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes" (Han Ryner. Libros del Innombrable 2016) es obra de Antonio Bayona, como las ilustraciones interiores.

Durante el pasado año 2016 con motivo del centenario de la ocultación de Miguel de Cervantes, la editorial Libros del Innombrable, publicó tres títulos referentes al universal escritor. Uno de ellos, "Pingüinas/Un esclavo llamado Cervantes" de Fernando Arrabal, ya fue comentado en este blog aquí. La otra obra del dramaturgo melillense, dedicada a Cervantes y publicada por la misma editorial fue "El extravagante triunfo de Miguel de Cerbantes y William Shakespere". Los tres títulos serán presentados este viernes 24 de marzo en Madrid, en el Espacio Leer (C/ Argumosa, 37), a las 19 horas.Tendré el honor de participar en el acto junto al editor Raúl Herrero. Hoy desmenuzaremos la obra de Han Ryner, El ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes

El ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes fue publicado en 1926 y firmado por Han Ryner, seudónimo del filósofo anarco-individualista francés Jacques Élie Henri Ambroise Ner., nacido en el Departamento de Orán, Argelia en 1861, en el seno de una familia de clase media. Ner, en su juventud, estudia teología y filosofía vinculándose posteriormente a la francmasonería, a la muerte de su madre. Publica diez novelas entre 1894 y 1895 Al año siguiente, tras asumir la redacción de la revista Demain adopta el seudónimo de Han Ryner y colabora con decenas de revistas. En 1900 publica Le crime d'obeir y en 1903 con Petit manuel individualiste sienta las bases de su propuesta anarcoindividualista muy influida por la obra de Epícteto y el estoicismo griego clásico. En 1912 obtiene el premio literario de la publicación por su obra narrativa y crece de manera exponencial su implicación política y social. Hace campaña por la liberación de Eugène Dieudonné, durante la Guerra, por Émile Armand, por los motines del Mar Negro, por los italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti y por el ucraniano Nestor Makhno. En 1936 se adhiere el Comité Mundial contra la Guerra y el Fascismo y se convierte en un referente para los anarcoindividualistas españoles durante la dictadura de Primo de Rivera. Desde el antibelicismo y el antimilitarismo pacifista se opuso tenazmente al desarrollo de la I Guerra Mundial. Murió en París, en 1938
Han Ryner
Todo este poso anarco individualista y su condición de anticlerical virulento es más que notable en la novela cuyo titulo ya nos revela que estamos ante una imagen de Cervantes muy cercana a su Quijote. Advierte Ryner en la introducción: "Este libro cuenta la tragedia moral de un genio que, lejos de gozar las satisfacciones que podía y debía producirle su obra de espíritu eterno, vivió entre sus semejantes incomprendido y mísero" Y ágilmente comienza esta novela que narra las dramáticas peripecias del Miguel de Cervantes más quijotesco, en sus últimos dos años y medio de vida cuando, obsesionado por dar continuidad a la que considera su obra maestra "Los trabajos de Persiles y Sigismunda", busca refugio en Esquivias a través del viaje, casi constante, por desiertos castellanos, desoyendo y huyendo de los consejos de amigos y familiares, que solicitan la ansiada segunda parte del famoso Quijote. Ya sea a pie, ya en vieja mula de alquiler, Cervantes parece condenado a la lucha constante; condena que a su vez también parece redimirle de una muerte que, desprovisto del fuego del ingenio, hubiera llegado mucho antes.

La estructura del libro, también quijotesca, se divide en tres partes y presentan a un Cervantes dialogando y exponiendo sus atrevidas reflexiones ante diferentes interlocutores, algunos reales, como un joven Calderón de la Barca y otros, frutos de la ficción, encontrando personajes que le inspiraron para sus novelas. Un dramatizado relato de su cautiverio en Argel, su difícil relación con los estamentos de poder, la búsqueda de la digna posteridad, el proceso creativo del escritor, la fortuna, la fama son los temas que van desfilando por un relato donde se trasluce la filosofía de Ryner en episodios tan dignos del ingenioso hidalgo de la Mancha como el suceso del apócrifo Cervantes de Avellaneda que el autor explica aprovechando la ocasión para criticar al clero, sobretodo, en la figura de dos sombríos monjes aragoneses, y en especial, el Padre Aliaga (inquisidor y confesor real) con quien el escritor mantiene una antigua pendencia. La crítica es una constante durante la obra en frases como "Todos los españoles tienen hambre", "Desde Homero, los verdaderos grandes hombres conocen el desprecio por su época" o la pregunta "¿Valdrán más los pueblos que los reyes?" Además, Ryner ofrece la imagen de un Cervantes mermado por la pobreza, demacrado, un caballero sin capa "Cervantes no era más que una ruina" nos dice en algún pasaje que se sitúa en contra del poder establecido y así lo expresa, cuando tiene ocasión, de manera encubierta, por el don de la palabra. Es a través del escritor, como personaje, cómo Ryner nos habla del desahucio, de unos tiempos aciagos que premiaban la necedad por encima del intelecto y de la cultura, cita a la justicia refugiada entre los ladrones, insinúa la posible homosexualidad del genio y nombra el mito de su manquedad.

Raúl Herrero rescata ahora esta novela perdida desde los años treinta del pasado siglo, siguiendo, aunque con alguna corrección, la traducción original de Juan Elizalde en un volumen muy cuidado y maravillosamente ilustrado por Antonio Bayona.

¡Nos vemos en Madrid!

Poemia

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Hacía mucho tiempo que no arrojaba versos al universo bloguero pero la ocasión lo merece pues hoy, cinco de abril,  a las 20:30 y gracias a mis amigos poetas Adrián Flor y José Gabarre, estaré de nuevo leyendo algunos poemas en Zaragoza, en La Bóveda (C/ Predicadores, 70), junto a mi buen amigo y compañero del Ateneo JaquésJavier Castán y Ángel Andués, Juan Carlos González y Jaime Montañés. Este poema pertenece a un nuevo proyecto que espero poder realizar alguna vez. Está dedicado al poeta, traductor, ensayista y crítico Ángel Crespo del que prefiero su etapa postista.


Soneto sin rima y con pan


A la memoria de Ángel Crespo


Cuando no ceja la teja ni arquea
la ceja y crispa la luna la reja
si el mar encrespa la ola y el bar
resguarda la hora encrespada, la oda

a los tristes y crispados tejados,
yo encrespo la chispa insólita;
y escribo para ti, Ángel Crespo,
constantes desiertos de viento y pan.

Catenarias desoladas de polvo
donde anidan cigüeñas centenarias,
plegarias de perlas en su boca,

de objetos en los mapas, de laurel,
de grapas, burdel y bibliotecarias:
tus varias candelarias de anaquel.


Ángel Crespo, poeta postista.

Joaquin Carbonell, música y literatura

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Joaquín Carbonell presentó "El carbón y la rosa" en el Centro Cívico Universidad de Zaragoza el pasado 9 de marzo. Fotografía del concierto, por Daniel Beltrán Novials.

El pasado 9 de marzo asistíamos en el Centro Cívico Universidad (Zaragoza) a la presentación en directo del nuevo álbum de Joaquín Carbonell, "El carbón y la rosa", bello y potente título heredado de la poeta Concha Méndez, perteneciente a la Generación del 27, opacada por la masculinidad imperante y miembro de las llamadas "sin sombrero", escritoras de la época que mostraron su rebeldía ante la sociedad despojándose de aquella prenda imprescindible para toda "mujer de bien" en la España pre y post-bélica.  El cantautor turolense (allocino) ofreció un recital memorable cantando diez de las doce canciones del nuevo disco, con una ejecución perfecta y un sonido pulcro, marca de la casa, especialmente, en este último trabajo que algunos ya señalan como el mejor de su dilatada cerrera, o al menos comparable a aquel primer "Con la ayuda de todos". Carbonell estuvo acompañado en el escenario por José Luis Arrazola (guitarra), Coco Balasch (contrabajo) Richi Martínez (teclados), Roberto Artigas "GranBob"(percusiones) y Kalina Fernández (violín) y además del nuevo disco, sonaron temas clásicos como "Pascual", "Canción para Dimitris"(de nuevo, uno de los momentos más emotivos del concierto) o "Me gustaría darte el mar"y algunas sorpresas en clave de homenaje, como el tributo a Leonard Cohen, con una versión en español de "Dance me to the end of love", un recuerdo a Luis Eduardo Aute o, por supuesto, al siempre presente José Antonio Labordeta.
Momento del concierto
Pero no solo hablaremos de música, como ya podemos intuir por el título de esta entrada. Porque en los últimos tiempos, la faceta de Joaquín Carbonell como escritor también ha dado su fruto más redondo con la fantástica novela "Un tango para Federico" (Voces del mercado 2016) cuyo atrayente punto de partida es el fugaz encuentro que vivieron Federico García Lorca y Carlos Gardel en Buenos Aires. Los dos astros coincidieron en la calle Corrientes, a la salida del Teatro Smart. Se sabe que tomaron unas copas en un próximo cafetín y que, acto seguido, acompañados por el constante séquito gardeliano y algunos amigos del poeta, acabaron en la casa del morocho del abasto, Lorca al piano, cantando unas coplas y Carlitos, a lo suyo, dedicando unos tangos al granadino. A pesar de que en aquella congregación nocturna se encontraban presentes varios periodistas, nadie desveló lo ocurrido en la casa, más allá de los nimios datos que aquí hemos revelado. Más aún. Pasados unos días de aquel encuentro, Gardel atendió a la prensa barcelonesa en un corto desembarco rumbo a París. Nada reveló sobre aquel encuentro con el que, entonces, era el mayor dramaturgo español. Lorca actuó de manera idéntica. Para ambos, la muerte (Gardel en 1935 y Lorca en 1936) selló aquel pacto de silencio. Joaquin Carbonell, en su novela, otorga una explicación al misterio y cuenta los hechos ocurridos aquella noche en casa de Gardel de manera verosímil y perfectamente factible. Además, la novela nos presenta la historia de Pedro Sariñena, un joven periodista que, en los años ochenta, debe investigar los pasos de Lorca en Argentina para elaborar un documental. El encuentro del poeta con el cantante y actor argentino le resulta tan atractivo y deslumbrante que, dejándolo todo, se dispone a investigar todos los entresijos de aquella noche en la que Buenos Aires fue testigo de un encuentro estelar. "Un tango para Federico"está cuajada de interesantes personajes ficticios contaminados por la vida y otros reales, como Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Pablo Suero, Enrique Amorim o los propios Lorca y Gardel. Además, el nudo de su argumento representa una buena oportunidad para establecer comparaciones entre la España franquista y la dictadura de Videla en Argentina, así como el contrapunto con la libertad, representada por la España republicana, en un final que culmina en la tierra donde reside las raíces de este periodista, Pedro Sariñena: Jaca. Precisamente estuvo en JacaFederico García Lorca, con su compañía teatral"La Barraca", unos meses antes de partir para su viaje hacia Sudamérica. "La barraca"representó en Canfranc y en Ayerbe
Joaquín Carbonell antes de comenzar la presentación de"Un tango para Federico"en la Biblioteca Municipal de Jaca 
Carbonell firmando ejemplares de"Un tango para Federico"en Hecho (Huesca)

También Carbonell, como su protagonista Pedro Sariñena, partió de un documental sobre Garcia Lorca que la crisis económica truncó. Pero a cambio nació esta extraordinaria novela,"Un tango para Federico"que, recientemente, presentó en Argentina y Uruguay experiencia que contó el pasado 31 de marzo, invitado por el Ateneo Jaqués en el Casino de Jaca, impartiendo la charla "Lorca en Sudamérica". Al día siguiente, 1 de abril, presentaba"Un tango para Federico"en Oloron Sainte-Marie (Francia) y ofrecía también un breve concierto para dar a conocer su disco"El carbón y la rosa" 
Presentación de libro y disco en la Médiathèque des Gaves de Oloron Sainte-Marie
Como vemos, una actividad extraordinaria la de Joaquín Carbonell, tanto en el plano musical como literario. Tampoco disminuyó su actividad con el grupo"Los 3 Norteamericanos"(trío formado junto a David Giménez y Roberto Artigas "Gran Bob") que también presentó disco en verano de 2016 Pero para finalizar esta entrada regresaremos al comienzo, de nuevo sobre "El carbón y la rosa", un álbum brillante donde cada canción es una pieza imprescindible de un engranaje que resulta fantástico. En este, su último trabajo discográfico (desde 2008 no había vuelto en solitario al estudio de grabación), Carbonell muestra su amplísimo "mapa de carreteras emocionales" (como lo definió Matías Uribe aquí ), su completo paisaje musical donde expone todas las influencias que han nutrido su estilo personal en lo que resulta una gran variedad de registros que viajan del blues al bolero, pasando, por el rock and roll doo-wop del más puro estilo oldie o la rumba. Desmenuzaremos, uno a uno, los doce temas del álbum:

Abriendo el disco encontramos una canción que nació para single, una de esas que ya parecen un éxito antes de nacer: "Género chico", que, vestida de fracaso sentimental, en realidad, puede suponer toda una declaración de humildad ante el mundo salvaje que nos consume, una constante a lo largo del disco. Versos como "soy un vulgar ladrón de bombillas", "buscando un brazo amigo entre la basura"o"mi paraíso es un desengaño" resultan más que reveladores. La melodía, muy pegadiza, camina respirando herencias de temas oldies. Continúa a esta la balada "Acuérdate de mi", una canción de desamor con ecos de Brassens que se desarrolla sobre un inequívoco ambiente contaminado de desesperanza, un "total abandono"que parece afectar a algún plano más que el sentimental: "será como un desahucio, será como un suicidio" nos asegura el autor en la primera estrofa y refuerza, posteriormente, "mientras alguien se besa, un niño va a la guerra". "No me olvides princesa, cuando esto se derrumbe"es el broche del estribillo donde queda perfectamente claro que "esto" que se derrumba no es tan solo una relación."De Teruel nos cualquiera" es la primera canción que conocimos de este disco ya que fue compuesta en el año 2014 Recuerdo ahora, durante la presentación de "El artista" en Jaca, que Carbonell prácticamente estrenaba allí esta canción que, como hemos dicho ya con "Genero chico", parecía nacer siendo ya un éxito. Se trata de un tema de carretera con fuerte aroma country reforzado en la versión del disco por la armónica de Gran Bob o  el banjo. La letra, potente, una de las más bellas del disco ("Cuando abrí los ojos me inundó un asombro mineral"/"El mudéjar no es una decoración. Hay estrellas para comprar"/"Si las calles muerden al pasear"o el propio estribillo "La noche brilla más que el sol donde tú eres el timonel") conforma el mejor himno "no oficial" para la tierra de Teruel, ávida de canciones como esta, donde perfectamente queda plasmada su esencia. En varias ocasiones ha reconocido Carbonell su conexión con la rumba catalana recordando la música de Peret que solía escuchar constntemente en la radio y es que nunca es tarde para incluirla en el repertorio. Es el caso de "Nada será lo mismo": "Es tan suave, tu boca en retirada. Es tan bella tu mano, camarada". De nuevo, una letra potente desde una leve amargura parece siempre presente, contrastando aquí con el tono festivo de la rumba: "Es amargo el otoño en primavera, unos hombres quemaron mi cabaña"/"Es el tiempo del lobo y su cintura". La quinta canción del disco merecería un capítulo entero, dentro del libro que nos hable de este trabajo. Ácido pero romántico bolero con letra del poeta zaragozano Juan Leyva, muy zaragozana ("Llámame y nos daremos una vuelta en tranvía desde Pablo Neruda hasta Mago de Oz" -calles que acogen la primera y última parada del tranvía n la ciudad del cierzo) y muy adecuada para un bolero. Titulada "Llámame", como todo bolero que se precie, invita a la danza lenta, cuerpo a cuerpo. Más que destacable resulta aquí la guitarra de José Luis Arrazola,"a lo Santana". Continúa el canto a lo cotidiano, con la marchosa "Baja la vida" , en la que Carbonell, con ritmos que nos remiten a Cabo Verde, hace referencia, desde el vacío, a la situación actual "Baja la vida, sube el pan", con un estribillo muy acertado y pegadizo. La séptima es un gran blues con ecos de rock y guiño sabinero incluido"A tu madre no le gusta que te cante 'Peor para el sol'"."A tu madre no le gusta" es deliciosamente macarra y atrevidamente gamberra: "A tu madre no le gusta que te escriba sonetos, prefiere aquellos ripios de aquellos mamotretos"/"Si quieres un seguro, nena, no busques un artista", de nuevo con un espléndido Arrazola a la guitarra. Y después de la explosión del rock y del blues, nos relajamos con una delicatessen titulada "Dónde estabas tú", de nuevo, rematada con una espléndida letra de Juan Leyva. Canción especialmente apropiada para la carretera, con algún eco country, que brilla especialmente en su estribillo "¿Dónde estabas tú cuando un beso era brindar por tu salud? ¿Cuando el sol no amanecía y morirse era virtud? pero ¿dónde dónde estabas tú?...cuando ardían los periódicos al sur...".  En el noveno tema del disco todo se detiene. Y es que estamos ante una canción que merece un alto en el camino. Una árida crónica periodística, musicalizada, donde un niño pone voz a la España republicana ("Una cruz sin reproches"/"Un maestro con sueños"/"Unos niños cantando sin mirar hacia el sol") después, al estruendo de las bombas ("El invierno ha llegado, ha llegado a Madrid"), para pasar, posteriormente, a ser un niño de la posguerra ("La memoria es oscura"/"Una madre que es padre"). Y decimos crónica porque parece la mirada del periodista que también es Carbonell, sin tomar partido, pero reflejando el inminente dolor, de golpe el vacío, la ruptura definitiva que supuso un conflicto entre hermanos. Evocadora, "La maceta de arroz" fue, en el directo del 9 de marzo, uno de los momentos más emotivos del recital. Una letra brillante, que evoluciona hacia las tres partes ya referidas anteriormente, cuenta con una influencia kafkiana: "Escríbeme a la guerra después de nadar. Me gusta que tus cartas sepan a mar", recordando la anotación de Kafka: "Hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde me fui a nadar". Esta mirada periodística se repite en la canción número 10 sobe un drama cotidiano y concretamente real, de nuestra actualidad. El ritmo, de inconfundible influencia oldie (años cincuenta/sesenta), contrasta con la crudeza de una letra que cuenta el desahucio donde una adolescente ve truncada su vida, ve cómo desaparece el suelo bajo sus pies, arrojada su familia a la calle: "La tele repite que hay que cumplir la ley". Es"Juana tiene frío" que, basada en un drama familiar real, plasma a la perfección la injusticia de la que es víctima nuestra sociedad, a manos de los depredadores que siguen ocupando la cúspide de esta cadena fratricida. Nunca pasará de moda el vals con ecos de ranchera, afirmó Carbonell durante el concierto del día 9 y bajo esta premisa nace una de las mejores y más festivas canciones del disco: "El beso de un okupa". "Lo más valiente ahora es ser poeta para decir te quiero sin avales". Con estos versos comienza una letra que invita a ser coreada. Y su estribillo ("Soy tu abre coches, ministro vagabundo y dejaré que me mires con lupa, que 24 caricias por segundo es más o menos el beso de un okupa...Aún tengo fuerzas para sacarle arena a tanta playa") es de los que dejan huella. Esta canción fue interpretada recientemente en el Casino de Jaca y en la Médiathèque de Oloron Sainte-Marie. Y llegamos al final de "El carbón y la rosa"con un cierre por todo lo alto que resulta un divertimento delicioso: "Vivir es una errata", un recuerdo al grupo formado junto a Gran Bob y David Giménez, "Los 3 Norteamericanos", un rock and roll doo-wop , muy bailable y digno de ser compuesto en los años sesenta que, además atesora una letra llena de encanto: "Deja que piense en ti esta mañana, este calor ha sido inspirador. Buñuel nos mira junto a Viridiana, las flores se marchitan con dolor", dice uno de los versos, segunda referencia a Luis Buñuel (la anterior en "De Teruel no es cualquiera").
El pasado 31 de marzo en el Casino de Jaca, Carbonell interpretando"El beso de un okupa"
Joaquin Carbonell junto a Lucía Pons, presentando"Un tango para Federico" en Villanúa (Huesca)
A los visitantes blogueros que hayan llegado hasta el final de este artículo no puedo más que recomendar encarecidamente la lectura de la novela "Un tango para Federico"y por supuesto, a mis amigos melómanos, no dejen de escuchar "El carbón y la rosa". Si sois consumidores de Spotify, lo encontraréis aquí. Y ahora les dejamos con "De Teruel no es cualquiera" (aquí en el Festival Barnasants de 2015)  en un versión algo más calmada que en el disco:

Hoy, los ángeles caerán sobre Zaragoza

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Organizado por la librería Mono de tres cabezas (Av. Valencia, 24) y Ateneo Jaqués, esta tarde a las 19 horas, tendré el placer de presentar en Zaragoza, la fantástica novela "El séptimo ángel: crónicas arcangélicas" con su autor, Israel Gutiérrez Collado y la colaboración, a distancia, de Raúl Herrero. Si algún blogger me lee desde Zaragoza, haga el favor de acercarse aunque nada más sea para honrar la memoria de los ángeles, caídos o celestiales. Para más info: http://www.ateneojaques.com/2017/04/presentacion-de-el-septimo-angel.html

Borregueros, un western aragonés

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Evolución de un arduo trabajo que comenzó con un documental y terminó con este magnífico libro

Renunciar a una vida de estrecheces económicas y penurias, romper con la arraigada y heredada tradición familiar, albergar la valentía de perseguir un sueño ligado a la promesa de mejores sueldos, de una vida más próspera, de una tierra plena en oportunidades y finalmente, emprender el largo y dificultoso viaje, sin mirar atrás, sin atender a las dificultades. Estamos en Aragón, en los pequeños pueblos pirenaicos, en el Sobrarbe o en la Ribera. Es la década de los cincuenta, aún antes. Historias de algunos valientes pastores llegan desde una tierra lejana. Hablan de libertad, de unos sueldos abundantes. Los primeros pastores aragoneses que emprendieron el viaje a Norteamérica realizan el efecto llamada. Vascos y navarros, llegaron antes que ellos y algunos incluso son ya ciudadanos americanos. Un buen puñado de aragoneses (más de 120)  renunciaron a ser arrastrados por la corriente, al camino marcado y emprendieron viaje al lejano Oeste americano, con un contrato firmado bajo el brazo, para trabajar como pastores en aquella desconocida tierra prometida.

Carlos Tarazona
El realizador y escritor jaqués, Carlos Tarazonarecupera el recuerdo de estos emprendedores y valientes pastores. Con "Borregueros: desde Aragón al Oeste americano"Tarazona escribe un capítulo hasta la fecha inédito en la historia de la migración aragonesa. Mucho se había escrito sobre la migración de los pastores vascos, nada sobre Aragón. En el año 2008, persiguiendo las huellas de aquellos pastores que mediado el siglo XX sustituyeron los asequibles y familiares valles pirenaicos por la inmensidad desconocida del far west, el autor visitó California y algunos estados más de la costa Oeste para entrevistarse con algunos de aquellos héroes. Como consecuencia de esta primera visita y a pesar de tener en mente, en un principio, la escritura de un libro, Tarazona realizó el documental "Borregueros: Aragoneses en el Oeste Americano"

Uno de los protagonistas: Esteban Alegre Butía, natural de Berdún, en los pastos californianos
Tras esta primera experiencia, en 2009 el autor completó su trabajo de campo y su investigación con un nuevo viaje a Estados Unidos. A su regreso, ya tenía material suficiente para completar un libro que hoy es una realidad y que ronda las 350 páginas de historia viva, presentado en esta primera edición acompañado por el DVD del documental.

Manuel Val, natural de Lanaja, en su troke


Imaginemos por un momento a aquellos pastores, recién llegados a tierras americanas, procedentes de localidades como Ansó, Berdún, Hecho, Fago, Sariñena, Lanaja... El cambio que supone llegar desde la España regida por la dictadura al país de las libertades. Pero no solo eso. Las dificutades que tuvieron que enfrentar y las profundas diferencias, incluso, en el propio oficio de pastor. Algunos no lograron completar sus primeros meses y regresaron a España. Otros, más afortunados, todavía hoy viven en Estados Unidos, como residentes norteamericanos, perfectamente adaptados en la vida local. 



"Borregueros..."trata una historia real, apasionante donde Carlos Tarazona, una vez más, demuestra su compromiso con la historia de Aragón, con su memoria y la minuciosidad en sus exhaustivas investigaciones. El libro se podría dividir en dos partes bien diferenciadas. En primer lugar, el autor nos invita a conocer a los primeros aragoneses que poblaron, durante la colonización, el Nuevo Mundo y la suerte que corrieron para, seguidamente, abordar el comienzo del pastoreo en Estados Unidos y cómo los primeros españoles que fracasaron durante la fiebre del oro supieron reconvertirse de esta manera. El lector podrá averiguar cómo comenzó esta demanda de pastores y el trascendental papel que jugó la Western Range Association para conseguir que aquellos aragoneses que decidieron cambiar el rumbo de sus vidas, llegaran al continente americano con un contrato firmado bajo el brazo: el contrato en origen, una manera de actuar muy moderna para estar hablando de mediados del siglo XX. El autor cuenta los avatares de un viaje largo y en ocasiones, demasiado dificultosos y la llegada de aquellos pastores a una tierra extraña donde el idioma era el primer gran escollo que debían afrontar. Pero aquello solo era el principio. Aquellos nuevos emigrantes deberían enfrentar una nueva manera de pastorear, unos peligros distintos a los de Aragón, un paisaje que nada tenía que ver con los valles del Pirineo o de la Ribera, un clima extremo, muy distinto. En primer lugar, en Estados Unidos pastoreaban rebaños mucho mayores que en España, con distancias a recorrer que triplicaban las conocidas hasta entonces. Los peligros que acechaban al rebaño y al propio pastor (coyotes, serpientes de cascabel, tornados...), nada tenían que ver con los de su tierra. Sin duda, la gran capacidad de adaptación de aquellos hombres y la capacidad de improvisación mostrada, pronto  sería positivamente valorada por los ganaderos. Durante el libro, Carlos Tarazona destaca esa gran capacidad de improvisación y la enorme adaptabilidad de aquellos primeros pastores aragoneses que llegaron, principalmente, a Califoria. Por otro lado, Severino Pallaruelo, en un estupendo prólogo, habla de cómo el paisaje moldea al personaje. Sin duda el paisaje del Oeste americano debió moldear a aquellos pastores que, como se narra en el libro, debieron soportar grandes periodos de soledad. En la segunda parte del libro, se nos ofrece una detallada biografía de cada uno de aquellos pastores. 

Carlos Tarazona presentó en Jaca "Borregueros" con el Ateneo Jaqués, en compañía del escritor y profesor Severino Pallaruelo
La soledad del pastor inmigrante, junto al rebaño y a su fiel perro. La lejanía de los seres queridos, la ausencia del hogar, la tierra extraña, el silencio y la imposibilidad de comunicación, debido al extraño idioma. Ingredientes suficientes para hacer de estas historias humanas, unos western de la vida real. Por ello, el libro "Borregueros: desde Aragón a Oeste americano", aunque completamente real, también se puede leer como un western aragonés. Y como en algunas otras ocasiones, esta vez, la realidad supera a la ficción. 
Ángel Corrales y Mauel Val, con un magnetófono y los libros para estudiar Inglés

Reflexión: El libro también nos lleva a la reflexión. Hoy en día, un buen número de seres humanos se ven obligados a renunciar a su patria, a sus familias, para buscar una mejor suerte que, a menudo, se resume en la supervivencia. llegando así a países desconocidos, con costumbres e idiomas muy diferentes a los suyos. Poco entendimiento reciben estos nuevos inmigrantes de los países que los reciben. Demasiadas puertas cerradas en contra de contados brazos abiertos. Nula empatía. Acusamos una lamentable falta de memoria. No es necesario retroceder mucho en el tiempo para vernos a nosotros mismos o a nuestros antepasados, como emigrantes hacia una tierra prometida. Por otro lado, la segunda reflexión concierne al oficio de pastor. Estos aragoneses que son protagonistas de "Borregueros..." accedían sin problema al oficio de pastor pues era un trabajo mal considerado socialmente en Estados Unidos y estaba reservado para la mano de obra extranjera, exclusivamente. De nuevo, la falta de memoria. Actualmente son los inmigrantes que llegan a España los que pastorean nuestro rebaños.

Presentación en Jaca
El Ateneo Jaqués ha colaborado con el autor organizando recientemente la presentación en la Biblioteca Municipal de Jaca.Este fin de semana, de nuevo con el Ateneo Jaqués, Carlos Tarazona presentará "Borregueros: desde Aragón al Oeste americano"en la Fête du livre de Oloron Sainte-Marie (Francia) donde, por parte del ateneo, también acudirán Raúl Herrero, presentando "Sombra salamandra"y Miguel Ángel Yusta, que acude con su poemario"Ayer fue sombra". 







El eco de los libres 2

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La portada del número 2 de "El eco de los libres" recoge esta obra de Antonio Beneyto, último artista plástico postista. Esta obra fue expuesta en Nueva York, en el año 1998, muestra que se tituló "El Postismo llega a Nueva York"
Hace ya un año que nació la revista cultural y de pensamiento crítico del Ateneo Jaqués que hoy ya celebra su segundo número, incluyendo en esta ocasión, además de las secciones habituales, un extenso dossier central dedicado al Postismo, único movimiento vanguardista, plástico y literario, surgido en España, en pleno franquismo, apostando por la libertad en la palabra. Trabajar en esta revista y verla hecha realidad es, cada nuevo número, un regalo incomparable. Como espero que regalo sea también para el lector que tenga la oportunidad  y el valor de sostenerla entre sus manos. Sí, he dicho valor, pues las 164 páginas del actual número dos contribuyen a que su peso sea anormal para una revista cultural. Al menos, en pleno siglo XXI. Porque, seamos sinceros, ya no son populares las revista culturales y por ello es más gratificante este trabajo de suicidas, esta utopía de locos románticos. Como he dicho, su periodicidad actual es anual aunque la primera intención fue realizar una publicación semestral. Sin embargo, el volumen de contenidos así como la programación de actividades del Ateneo Jaqués, invita a realizar una sola publicación cada año  A continuación veremos quién ha hecho posible que "El eco de los libres" sea una realidad y todos los colaboradores que han contribuido a ello.

La revista "El eco de los libres"aparece en el centro del puesto que el Ateneo Jaqués tuvo en la XVIII Feria del Libro de Jaca, donde se presentó.
"El eco de los libres" es una revista realizada en Jaca, que parte del ámbito local para abordar la universalidad. Sus secciones abordan la literatura (poesía y relato), el arte, el cine, la música, la fotografía, la ciencia, la memoria histórica, el periodismo y una bien nutrida sección de variados artículos donde, por supuesto, también las entrevistas tienen cabida. Y en este segundo número, además, se incluye un cartapacio o dossier dedicado al Postismo que cuenta con numerosas colaboraciones y una breve antología de poesía postista.
Portada original de la revista "POSTISMO", enero de 1945
Nuestro contacto con el Postismo parte de la lectura de la "Antología de poesía Postista" (Libros del Inombrable 1998) seleccionada y editada por Raúl Herrero, constante colaborador en las actividades culturales del Ateneo Jaqués y miembro del equipo de redacción de "El eco de los libres". Posteriormente y a partir de esta lectura, descubrimos "Las patitas de la sombra", de Carlos Edmundo de Ory y Eduardo Chicharro, poetas que, junto al italiano Silvano Sernesi, fundaron este movimiento. Tras el hallazgo de este insólito universo literario y plástico, en la Feria del Libro de Jaca de 2016, no tenemos más remedio que ofrecer un recital de poesía postista al que acuden, sin rechistar, las muchedumbres jaquesas y en el que tengo el valor de participar junto a voces más autorizadas en el tema como Raúl Herrero, el profesor Antonio Pérez Lasheras y el escritor Francisco Ferrer Lerín que, allí mismo, también se reconoce postista, "en especial -dice- en uno de sus poemas", el titulado "Mulata" que, dicho sea de paso, se incluye en la antología de poesía postista de nuestra revista. Además, desde el Ateneo Jaqués, el año 2015 y también durante la feria del libro jacetana, habíamos rendido un homenaje a Antonio Fernández Molina, poeta y pintor que también abrazó esta corriente. Todas estas circunstancias y el evidente ninguneo al que el Postismo ha sido sometido por aquellos pensantes que deciden, según sus intereses, lo que  debe aparecer y lo que debe ser borrado del mapa en la historia de la literatura española, nos llevan finalmente a dedicar un dossier holgadamente extenso a este movimiento plástico-literario que, a lo lago de los años, no ha tenido parangón. Y es que autores como Fernando Arrabal, Gloria Fuertes, Ángel Crespo, Miguel Labordeta o incluso Camilo José Cela, reconocieron el Postismo y formaron parte de él. En la breve  antología de poesía postista incluida en el número dos de "El eco de los libres" encontramos textos de Eduardo Chicharro, Carlos Edmundo de Ory, Silvano Sernesi, Félix Casanova de Ayala, Camilo José Cela, Gloria Fuertes, Gabino Alejandro Carriedo, Ángel Crespo, Miguel Labordeta, Antonio Fernández Molina, Fernando Arrabal, Antonio Beneyto y Francisco Ferrer Lerín. Finalmente, el dossier está formado por varios artículos especializados y para ello hemos contado con la colaboración de: Jaume Pont ("El Postismo y la mirada grotesca"), Valentí Gomez i Oliver ("Un ternario postista"), Antonio Rivero Tarvillo ("De fantasma a fantasma: Juan Eduardo Cirlot y Carlsos Edmundo de Ory"), Alfredo Saldaña y Antonio Pérez Lasheras ("Idea, música, léxico y juego en Las Patitas de la Sombra de Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory"), José Manuel Corredoira ("Notas sobre el teatro postista"), José Luis Calvo Carilla ("Del Postismo iniciático al dialéctico: las novelas de Antonio Fernández Molina"), Raúl Herrero ("Recuerdos y añoranzas postistas"), Ester Fernández Echeverría ("Las inquietudes postistas de Antonio Fernández Molina"), Francesc Cornadó ("Un postismo más allá de la literatura") y Jaime D. Parra ("Fragmentos de un diario: del postismo al postpoema"). Además, el dossier se completa con tres entrevistas: la que Francesc Cornadó realiza con Antonio Beneyto, la que Raúl Herrero y yo tuvimos con Antonio Chicharro, hijo de Eduardo Chicharro, en su casa de Majadahonda, y otra más, un "triálogo" que sostuve con Emilio Gastón y Carmen Gascón. Por último, queda recordar a la profesora y traductora Pilar Gómez Bedate. Murió el pasado 14 de agosto y su último texto fue precisamente una colaboración para este dossier con el artículo "Divagación sobre el Postismo y Ángel Crespo", dedicado al poetaÁngel Crespo con quien compartió treinta años de su vida.


Artículo"Divagación sobre el Postismo y Ángel Crespo" de Pilar Gómez Bedate


"Amour Impossible" de Fernando Arrabal es una de las obras postistas incluidas en el dossier
Una vez repasado el dossier del Postismo, veremos el resto de contenidos que podemos encontrar en "El eco de los libres":

LITERATURA:

El bloque, como en el número inaugural, comienza con  una nutrida sección de poesía donde contamos con textos inéditos de Elisa Berna, Ricardo Fernández Moyano,José Gabarre, Emilio Gastón, Ángel Guinda,Raúl Herrero, J.L.M. Mallada, Lucía Pitarch, Iris Parra Jounou, J. Antonio Prades, Fernando Sarría, Eva Antón, Ana Baquedano, Mar Blanco, Juan José Parcero Aznar, Laura Lasheras, Ricardo Usón, poemas de Estela Puyuelo, ilustrados por Irene Val y foto-poemas de Emilio Pedro Gómez y Miguel Huebra. Además, también han cedido para este número sus poemas Pablo Delgado, Marta Domínguez, Eduardo Fariña, Diego Palmath y David Giménez Alonso, contando también con un poema inédito en aragonés, cedido por Ánchel Conte. En cuanto a la sección de relato, contamos con obras dePilar Aguarón,Marta Navarro García (con el texto que fue galardonado como I Premio Relato Ciudad de Tudela), Miquel Zueras (relato ilustrado por él mismo) y un microrrelato de Raúl Garcés ilustrado por Lola Gómez Redondo.

ARTE:

Se inaugura la sección con el manifiesto ARTE CASUAL deFrancisco Ferrer Lerín y unas fotografías con algunas manifestaciones de este arte.

Se completa la sección con una entrevista al pintor aragonés Pedro Sagasta.

FOTOGRAFÍA

Contamos en esta sección con la colaboración del artistaJuan Luis Borra y una espectacular sección titulada "La Escocia oculta". También el ámbito local tiene cabida en este bloque con "Rincones de Jaca", fotografiados por Gonzalo Giménez, del Círculo Fotográfico de Jaca.

CINE

Alfredo Moreno vuelve a colaborar en la sección dedicada al cine en este número y lo hace con el artículo titulado "De cine y literatura, de elefantes y de surf", que podemos leer en su blog, 39escalones. Por otro lado, el pintor Antonio Callau dibuja un retrato de Humphrey Bogart, dedicando además unas breves líneas a la biografía del mítico actor, artículo que completa la sección.

Sumario

MÚSICA

Miguel Ángel Yusta, poeta y redactor de "El eco de los libres", participa con un extenso artículo sobre la historia de la Ópera en el Teatro Principal de Zaragoza. La sección también incluye una entrevista con el grupo de folk aragonés Os Chotos, procedentes de Embún (Huesca)

PERIODISMO

El director del semanario jaqués El Pirineo Aragonés, José Ventura Chavarría Casado, escribe un artículo sobre el 90 aniversario de los cursos de verano que la Universidad de Zaragoza organiza en Jaca y aprovecha la ocasión para hablar de la breve estancia de Federico García Lorca que llegó hasta tierras jaquesas para ofrecer actuaciones de su compañía teatral La Barraca. Además, todo queda relacionado finalmente con una entrevista a Claudio Guillén y el poema de Lorca"Claudio Guillén, niño en Sevila". La sección se completa con el artículo de periodista Fran Osambela Navarro titulado "La leyenda del Bonanza" rindiendo tributo al legendario establecimiento zaragozano y al que fuera su propietario durante tantas décadas, Manolo García Maya.

ARTÍCULOS

Este bloque, tras el dedicado a "Literatura" y el mencionado dossier postista, es el más amplio de la revista, con artículos de muy variada índole que van desde la legendaria presencia de Santo Grial en los Pirineos (artículo de Domingo Buesa) al escándalo de las inmatriculaciones eclesiásticas (artículo que firma el colectivo MHUEL, Movimiento Hacia un Estado Laico), pasando por la problemática del Hospital de Jaca (Mariano Marcén), una reseña de "Paisajes queridos" (Daniel Izquierdo Clavero) libro póstumo de José Antonio Labordeta o la cultura anarco, artículo este último, firmado porAndrés Ortiz Osés haciendo referencia a la obra del escultor y pintor oscense Ramón Acín. También encontramos en esta sección "El nacimiento del baloncesto" (y sus conexiones con la masonería) firmado por Ander Fuentes, la experiencia del investigadorCarlos Tarazonaal escribir el libro "Borregueros: desde Aragón al Oeste Americano" (cuya reseña podéis encontrar en la entrada anterior de este blog), el artículo de Estela Puyuelo dedicado al ámbito de la educación, titulado "La ficción que habita en ti" y un artículo del escritor Eugenio Mateo Ottoque viaja entre el costumbrismo y la filosofía.

MEMORIA HISTORICA

El escritor e investigador Enrique Vicién dedica un emotivo y completo artículo al juez, poeta y militante anarcosindicalista Gregorio Oliván, con el subtítulo "y la poesía como arma contra la fatalidad".

CIENCIA

El maestro, antropólogo y guarda forestal Rafel Vidaller Tricasescribe "A sinobia trespasa o sustro", un artículo escrito íntegramente en aragonés donde relaciona la lengua con la antropología y la botánica.
La sección también incluye la primera entrega de un extenso estudio sobre los humedales de la Jacetania cuya existencia está amenazada por el trazado virtual de las nuevas carreteras y por las nulas tareas de conservación. Comienza este estudio en este número con el humedal de Villa Juanita, próximo a Castiello de Jaca. Lucía Pons Escrich realiza este trabajo habiendo recibido la inestimable ayuda de Francisco Ferrer Lerín.

ACTIVIDADES DEL ATENEO JAQUÉS

Como ya acostumbramos en el número inaugural, repasamos brevemente las actividades más destacadas llevadas a cabo durante el año por la asociación.

Por supuesto, como ya hemos comentado anteriormente, el espectacular aspecto visual de la revista es debido a las obras deAntonio Beneytoincluidas en portada y contraportada. Todas las secciones relacionadas anteriormente están precedidas por una introducción del la editora Lucía Pons y por supuesto, por la editorial.

Obra de Antonio Beneyto que ocupa la contraportada el número 2 de "El eco de los libres"



Debemos aclarar que "El eco de los libres", en su segundo número, aparece sin recibir ninguna subvención. Hemos contado con una ayuda de algunas entidades privadas que se destacan por apoyar o crear cultura. Estas han sido el zaragozano bar "Ragtime", la editorial "El Gato negro", el periódico semanal jaqués "El Pirineo Aragonés" y la casa de comidas "Casa Fau" de Jaca. A ellos agradecemos esta contribución. Para realizar suscripción a"El eco de los libres" o recibirla en su domicilio así como para recibir cualquier tipo de información, bastará con escribir un correo electrónico a ateneojaques@gmail.com

PRESENTACIONES CONFIRMADAS:

Próximas presentaciones de la revista "El eco de los libres":

JACA, (Huesca): Viernes 15 de septiembre a las 20,30 horas en las bodegas de Joyería Muñoz y Ángel García (C/ Obispo, 9)
ZARAGOZA: Viernes 22 de septiembre, a las 19,30 horas en el salón de actos de la Biblioteca de Aragón (C/ Doctor Cerrada, 22)
CÁDIZ: miércoles 18 de octubre, hora por confirmar en la Fundación Carlos Edmundo de Ory (Avda. Carlos III, 9),
VALDERROBRES (Teruel), sábado 21 de octubre, hora por confirmar, Librería Serret (Avda. Hispanidad 21)
MONZÓN (Huesca), diciembre ,dentro del marco de actividades de la Feria del Libo Aragonés de Monzón, en fecha y hora por confirmar.
BARCELONA, viernes 19 de enero, 20 horas, Ateneu Barcelonés (Carrer de la Canuda, 6)

Fotografía de la pasada feria del libro de Jaca donde se vio por primera vez el número 2 de "El eco de los libres". En la foto, aparecen dos de los autores, Estela Puyuelo y Miguel Ángel Yusta, con la revista.
Para terminar... HAN DICHO...

Sobre este segundo número de "El eco de los libres", a pesar de no haber realizado todavía ninguna presentación y con tan solo dos meses en circulación, ya se han publicado varios artículos en la web. A continuación pueden consultar estos artículos en los siguientes enlaces:

Francesc Cornadó

Alfredo Moreno

Ricardo Fernández Moyano

Por otro lado, Raúl Herrero, en las redes sociales ha comentado: "La aportación que se ofrece en la revista sobre el Postismo, por el extensión sobre la poesía y el arte en la posguerra española, incluso más allá en el tiempo, es fundamental. Y ayuda a replantearse el canon y a los poetas estrella españoles de la segunda mitad del siglo XX. El dossier invita a escuchar voces que han sido ninguneadas y que compartieron espacio con los poetas de la generación del 50, del garcilasismo y de Espadaña. Por otra parte, el Postismo y sus satélites, hacen que al literatura española entronque con algunas manifestaciones europeas del arte que podemos rastrear hasta finales del siglo XIX (como los incongruentes, grupo anterior a la Patafísica), así como con la línea de imaginación y de literatura lúcida y lúdica principiada en España por personalidades como Gómez de la Serna y que desaparecen misteriosamente a partir de los años 50 del pasado siglo, al menos en apariencia según los manuales, hasta la legada de la experimentación de los años 70 con algún resquicio como Miguel Labordeta y su grupo".


Por último, en prensa escrita, apareció también esta breve reseña en Heraldo de Aragón:


Lifelines: Andrea Corr y su botella de náufraga

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Todos aquellos que hayan visitado este blog y especialmente, las entradas dedicadas a la música, sabrán perfectamente que en mi repertorio melómano preferido se encontraba, hace ya mucho tiempo, la voz de  Andrea Corr, irlandesa de Dundalk, solista de The Corrs, grupo folk y familiar que la catapultó a la fama en la década de los noventa con baladas como "Runaway" o canciones más festivas como "Right time"de inconfundible sabor celta. Junto a sus hermanos grabó, desde 1995 a 2005, cinco discos de estudio, tres directos y se publicaron dos recopilatorios, todo esto, en diez años, alcanzando el cénit artístico con el ya mítico MTV Unplugged de 1999 y estrenando temas tan interesantes como este.  Durante esta década, The Corrs cosechó éxitos que quedaron imborrables en la memoria del pop de finales de los noventa y principios de los 2000, como"What can I do", "At your side", "Only when I sleep""Radio", "Breathless" o versionando, con muy buen criterio y excelente resultado, clásicos como "Dreams" (Fleetwodd Mac),  "Little wing" (Jimi Hendrix) , "Everybody hurts" (REM) o "The long and winding road" (Beatles). Si bien es cierto que el conjunto de los hermanos Corr derivaron de un interesante pop con  muy marcadas reminiscencias irlandesas a un descarado estilo más descarnado y comercial, también lo es que Andrea Jane se convirtió, gracias a todos aquellos álbumes, en una de las voces más familiares de los noventa y principios del siglo XXI, desbancando a otras supuestas rivales que intentaban seguir el mismo camino, véase, por ejemplo, Natalie Imbruglia o Leigh Nash, cantante del grupo tejano Sixpence none the richer. Lo cierto es que, en cualquier caso, Andrea también fue pasto de esa evolución hacia la música comercial que sufrió el grupo y quizá por ello, en 2007, decidió dar el gran salto y sacar su primer álbum en solitario, Ten Feet High. Inesperadamente, el resultado final de este álbum es un mero producto comercial que carecía de interés, alejándose más aun de raíces irlandesa y pactando descaradamente con un pop demasiado cercano a Madonna. Afortunadamente, este fue solo el primer intento en solitario de Andrea. 
Andrea Corr 
Ahora que se anuncia para el próximo 10 de octubre el séptimo álbum de The Corrs titulado Jupiter calling, quiero recordar el segundo disco en solitario de Andrea, un interesantísimo e íntimo trabajo, en las antípodas del anterior Ten Feet High, donde la irlandesa recupera sus influencias musicales particulares, un apartado personal que, según sus propias palabras, se había visto ahogado por la trayectoria de The Corrs. Así que este Lifelines, publicado en 2011, supone un balón de oxígeno para la cantante que repasa clásicos de un repertorio muy amplio, desde un plano muy íntimo. Por ejemplo, encontramos una respetuosa versión de Pale blue eyes (Lou Reed), una genial Blue bayou (Roy Orbison)  o una personal Nº9 Dream (John Lennon). Entre clásicos de Harry Nilsson o Vangelis, Andrea Corr regala una versión de jazz, el estándar I'll be seeing you, clásico recurrente que no tiene parangón, compuesto por Irving Kahal y Sammy Fain en 1938, que representa el mayor acierto de Lifelines. Aún reservaba Andrea una sorpresa para los coleccionistas y es que, aquellos que se hicieran con la edición limitada del álbum pudieron disfrutar de otro regalazo, la versión que la cantante  rubrica de You've got a friend (James Taylor).  Ademas, es necesario señalar que Andrea, contó para este álbum con la colaboración de músicos como Brian Eno o Sinéad O'Connor. Sin duda, Lifelines es la mejor versión de Andrea Corr en solitario. La cantante se encuentra aquí en un estado de gracia que se prolongó, posteriormente, en el álbum de estudio que grabó con The Corrs, cuatro años más tarde, el titulado White light. 
Andrea Corr en el concierto con The Corrs MTV Unlugged (1999)
Andrea Corr, que habitualmente tocaba el tin-whistle, ha incorporado recientemente el ukelele en sus conciertos.

Es la voz de Andrea Corr deudora y cercana a anteriores vocalistas como Agnetha Fältskog (ABBA), Karen Carpenter (Carpenters) o Yvonne Elliman, alcanzando plena madurez en este Lifelines del que extraemos una versión muy personal del clásico de jazz I'll be seeing you.


Presentaciones en Cádiz y Sevilla

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"Frente a burgueses apestantes y cursis novelistas, frente al rebaño de los sensatos y pentapedantes devoradores de cocido casero los postistas enarbolarán el estandarte de la sublime alegría"

(1945. 1er Manifiesto Postista)

La próxima semana Cádiz y Sevilla acogerán presentaciones de la revista de cultura y pensamiento crítico del Ateneo Jaqués, El eco de los libres. La Fundación Carlos Edmundo de Ory de Cádiz dedica sus VII Jornadas a"La Risa" y dentro de sus actividades, el miércoles 18 de octubre, a las 12,00 horas, tendrá lugar un acto de presentación en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz (Dr. Gómez Ulla, 11) de la antología poética de Eduardo Chicharro Radical Libre (Libros del Innombrable 2017) y de la mencionada revista. En la presentación participaré junto a Antonio Chicharro Papiri, Raúl Herrero y Jaume Pont. 
Carlos Edmundo de Ory fue uno de los iniciadores del Postismo, junto al creador Eduardo Chicharro y el poeta italiano Silvano Sernesi; una triada que en 1945 fundaba este movimiento estético literario con la célebre revista homónima donde publicaban el primer manifiesto. Como hemos dicho en anteriores entradas, El eco de los libres dedica un extenso dossier a este acontecimiento vanguardista que, a lo largo de medio siglo, fue cuestionado o directamente ninguneado, extirpado de la historia de la literatura española, borrado incluso de los libros de texto de los estudiantes, por variados intereses. Sin embargo, reconocidos nombres de las letras como Camilo José Cela, Gloria Fuertes, Juan Eduardo Cirlot o Fernando Arrabal mostraron su entusiasmo por el Postismo, así como la influencia que sobre ellos ejerció el que fue llamado "el último de todos los ismos". En 1945 Chicharro, Sernesi y Ory tuvieron la valentía de romper con todo lo establecido, rebelarse, desviarse de la corriente nauseabunda que marcaba la dictadura franquista, quebrar la norma, inventar un lenguaje encriptado bajo la clave del humor, del juego y apostar, decisivamente, por la libertad en la palabra, precisamente, en aquellos años en que ya la palabra libertad era una utopía. Y a través del humor, a través de la risa, ácida se desvelaba la crítica. Epatar al sistema establecido ya era una postura crítica. Por todo ello. el Postismo estará presente en estas jornadas dedicadas a la risa. Como presente está la risa, como una constante, en el dosier que podemos encontrar en el segundo número de El eco de los libres. 
Carlos Edmundo de Ory
"Hemos escrito mil cosas que otros llamarían, sin duda, disparates"
(3 julio 1944. Diario de Carlos Edmundo de Ory)

"Lo que gustes, lector. Pero nunca disparates a ciegas. [...] ¡Disparates!... Puede que sí; pero, en todo caso, disparate organizado. Es más: orgánico. Pues nuestra poesía hace gala precisamente de eso. Cada poema nuestro es un cuerpo plástica y fisiológicamente completo"
(Posología y uso de Eduardo Chicharro. 1947)

Dentro del mencionado dosier, varios autores colaboradores hablan de este humor, de esta risa, que está presente en el Postismo. El conjunto de romances escritos a cuatro manos por Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory, Las patitas de la sombra, son considerados los primeros poemas postistas y el libro es, según el artículo escrito también a cuatro manos por Alfredo Saldaña y Antonio Pérez Lasheras, "...un festival en honor de una vida basada en el humor y placer mundanos a la par que un duro alegato contra la hipocresía, la pedanteria y la estrechez moral de una sociedad incapaz de disfrutar de una forma sana y auténtica de los placeres de la vida." y anteriormente: "el juego desempeña, vinculado estrechamente al humor, un papel importante, similar al de la imaginación, en la técnica de composición postista." Jaume Pont, en el artículo inicial del dosier, alude a lo grotesco como instrumento del Postismo y partiendo de la risa grotesca de Rabelais, pasando por las greguerías de Gómez de la Serna, el esperpento de Valle-Inclán, la patafísica, el humor codornicesco, recuerda las palabras de José Manuel Polo de Bernabé: "[Los Postistas] reivindican el humor, la risa y la creación gozosa", la estilización del disparate organizado, la parodia que distorsiona, la locura inventada, la desacralización. "En el ensayo 'El Postismo hoy', Carlos Edmundo de Ory -recuerda Pont- marca las distancias del humor postista, cercano al júbilo intenso de Dadá. Hereda la carcajada de Rabelais y el Quijote, así como la risa patafísica y dadá. El Postismo retorna a la gaya ciencia lúdica reivindicando la risa infantil perdida de la que hablaba Freud..." y culmina, "Rabelais es un patrón del Postismo. La risa grotesca rabelesiana se proyecta como actitud germinadora del Postismo." 
Carlos Edmundo de Ory y Jaume Pont
"Se reirán de nosotros; pero ¿qué vale la risa del que se ríe sin ganas? ¡Qué solos vamos a estar ,pero qué bien!"
(Final del primer Manifiesto Postista)

Continuando con la presencia de la carcajada, de la risa, del humor en el dosier postista de El eco de los libresJosé Manuel Corredoira escribe su artículo sobre el teatro postista y aludiendo a Francisco Nieva y su teatro furioso dice:"El humor postista es esperpéntico, codornicesco y ramoniano". Sobre Antonio Fernández Molina y su novela Solo de trompeta escribe José Luis Calvo Carilla "La relación con el mundo del protagonista, el enano Miguel, está regida por el humor, el absurdo y un erotismo perversamente ingenuo contribuyendo a configurar una cosmovisión dislocada con ribetes de esperpento" y continúa "... a través del esperpento y de este insólito humor, la crítica social". Por su parte Francesc Cornadó comenta "Valiéndose del humor y de la pantomima del verso , el postismo propone un mundo lógico-fobista donde se trastoca el concepto y la imagen. No le es ajeno, el esperpeto, la greguería, lo absurdo, el humor burlón y cierta amargura onírica. El imaginario postista, en ocasiones, son sueños rotos que se contemplan desde la risa, con una sonrisa burlesca que intenta justificar lo vacío, desde un lenguaje humorístico." Mientras que Jaime D. Parra vuelve a aludir a Antonio Fernández Molina recordando que la antología de humor negro que reunió Cristóbal Serra comenzaba precisamente con el escritor y artista nacido en Alcázar de San Juan.  

"El Postismo no ha sido inventado ni creado; existe desde siempre. Los Postistas no han hecho más que descubrirlo y darle nombre. Los hombres siempre tuvieron un alma, pero alguien halló un día la palabra alma."
(Raúl Herrero en El eco de los libres)

Como he dicho anteriormente, la actividad también incluye la presentación de Radical libre_Antología poética de Eduardo Chicharro. Sobre el libro: 
Eduardo Chicharro Briones (Autorretrato)

Radical libre. Antología poética 1944-1960. Eduardo Chicharro
Con ilustraciones inéditas de la artista postista Nanda Papiri.
Con Radical libre, edición antológica preparada por Jaume Pont —estudioso del Postismo y de Carlos Edmundo de Ory—, Libros del Innombrable se alinea, una vez más y como es su costumbre, al lado de la libertad y la heterodoxia. En este caso lo hace reivindicando sin mengua a uno de los poetas españoles más singulares e iconoclastas del siglo XX, Eduardo Chicharro (1905-1964). El lector encontrará en estas páginas muestras esenciales de sus libros Las patitas de la sombraLa plurilingüe lengua y Cartas de noche, y los textos completos de Tetralogía y Música celestial. Una oportunidad sin par para adentrarnos en un territorio sondado por la maravilla y el misterio. Todo aquí se juega al filo de la barroca tensión entre los contrarios y su conciliación en nombre de esa plurilingüe lengua que es la poesía. El lenguaje reverbera como sujeto y objeto de la imaginación creadora: música y juego, humor y delirio, tradición y modernidad, sorpresa y razón de ser plástica se aúnan para proyectarse en un radical signo de revelación y de conocimiento.

El eco de los libres también visitará Sevilla. Al día siguiente, jueves 19 de octubre, a las 19:30 horas, junto a Ricardo Ybarra, en la Biblioteca Pública Infanta Elena (Avd. María Luisa, 8), hablaremos sobre Postismo, sobre el Ateneo Jaqués y sobre esta publicación. También presentaremos el número inaugural de la revista. Además, el acto concluirá con un recuerdo a José Luis Sampedro en su centenario y una lectura de algunos textos escogidos de sus obras. No olviden, si están en el sur, las fechas y horarios de las dos presentaciones de El eco de los libres:

Miércoles 18 de octubre (12:00) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz (Dr. Gómez Ulla, 11)
Jueves 19 de octubre (19:30) en la Biblioteca Pública Infanta Elena de Sevilla (Avda. María Luisa, 8)

¡Nos vemos!
Momento distendido tras soflama postista durante la presentación de "El eco de los libres" en Zaragoza, el pasado 22 de septiembre. De izquierda a derecha: Uno que pasaba por allí, Eugenio Mateo (Asociación Aragonesa Amigos del Libro), Lucía Pons y Raúl Herrero.
Postismo o muerte

Hablando de A.F. Molina (Libros del Innombrable. 2017)

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"Hablando de A.F. Molina" es una edición de Ester Fernández Echeverría, ilustrada con los collages de María Elena Fernández,'Asilvestrada' . Edita Libros del Innombrable


"Hablando de A.F. Molina" se presentó ayer, 15 de noviembre, en la Biblioteca de Aragón. Tuve la fortuna de participar en esta presentación, circunstancia que agradezco. Para tal ocasión preparé y leí este texto:

Momento de la presentación. De derecha a izquierda: Raúl Herrero (editor), María Elena Fernández (ilustradora), Eugenio Mateo (Asociación Aragonesa Amigos del Libro) y yo.

LA BLANCA BABOSA DE LA PERMANENCIA

Para alguien que ha conocido a Antonio Fernández Molina a través de sus textos pero no personalmente, el libro "Hablando de A.F. Molina" que ahora edita Libros el Innombrable resulta fundamental como aproximación  tanto a su biografia como a su personalidad. Pero también resulta un trabajo imprescindible para aquel que apenas conozca su obra, pues en estas páginas encontrará una guía excepcional, una herramienta para facilitar su comprensión que también proporcionará un oportuno capote a todo aquel que desee desarrollar un estudio sobre su amplia bibliografía. Pero esta recopilación de artículos, entrevistas y hasta relaciones epistolares, son la todavía necesaria reivindicación de un creador que debe ser ya reconocido como uno de los pilares fundamentales de la literatura española del siglo XX.

Año 2004. Homenaje a Antonio Fernández Molina en la Galería de arte Orfila de Madrid. Raúl Herrero lee un poema de Molina ante el maestro.

Personalmente, llegué a la obra de Antonio Fernández Molina de la mano del mejor maestro de ceremonias que, en este caso, podemos tener: Raúl Herrero, principal responsable de que la obra de Molina esté siendo difundida. A través de Raúl organizamos un homenaje durante la feria del libro de Jaca del año 2015 y proyectamos el documental "A.F. Molina un poeta incómodo" (Luis Vidal/Ester Fernández). Al año siguiente, también con motivo de la feria del libro jaquesa, se organizó un recital de poesía postista donde se leyeron varios poemas de Molina y en 2017 publicamos con el Ateneo Jaqués el dosier dedicado al Postismo en la revista cultural "El eco de los ibres" donde, de nuevo, Fernández Molina adquiere una relevancia fundamental. Y es que Molina es el paradigma más completo del Postismo. Al ser este un movimiento vanguardista literario y estético y al ser Molina, un creador total, un escritor/pintor, tenemos en su obra el mayor exponente de este ismo, tanto en literatura (en poesía y en narrativa) como en pintura. Porque el Postismo en Molina ya no es tanto la locura inventada que predicaba Ory sino una realidad alterada, una búsqueda de autenticidad en el primitivismo; el sueño recordado.
Antonio Fernández Molina y Fernando Arrabal

Volviendo al libro que nos ocupa, "Hablando de A.F. Molina" está fragmentado en cinco grandes bloques, atendiendo a las diversos géneros y disciplinas que abordó el autor: Poesía, Novela y narrativa, Teatro, Pintura y finalmente una recopilación muy atractiva de entrevistas, homenajes y recuerdos que nos acercan a su lado más humano. Firmas que van desde José Hierro, Gabino Alejandro Carriedo, Fernando Arrabal o Víctor García de la Concha a Luis Alberto de Cuenca, José Luis Calvo Carilla, Alejandro J. Ratia, Antón Castro o Alfonso Lopez Gradoli, pasando por Juan Eduardo Cirlot, Antonio Beneyto o incluyendo, por ejemplo, una carta escrita por María Zambrano, van desgranando la figura del autor que, a menudo, se tilda de inclasificable. Para entender la universalidad y la repercusión de A.F. Molina, también es necesario reflejar que encontramos artículos firmados en Ciudad Real, en Madrid, en Mallorca, pero también en Venezuela, Colombia o Nicaragua. Entre la mayoría de los autores incluidos en el libro podemos intuir de manera unánime que la obra de Molina, a través de los diversos géneros o disciplinas, es toda ella poesía y que literatura y pintura guardan una estrecha relación, caminando de la mano y nutriéndose de manera recíproca. En el mismo prólogo, Ester Fernández ya anuncia: "En AF Molina su obra literaria y plástica conviven, se relacionan y se mezclan". Ya en el libro, Manuel García Viñó apunta: "Poesía y pintura son esteticamente intercambiables encontrando en ambas la iconografía fernandezmoliniana de los peces, los paraguas, las corbatas, los sombreros..". Víctor García de la Concha admite que en Molina "la escritura está estrechamente relacionada con la pintura", Jean Tena asegura que "ve la realidad con ojos pictóricos" y en su carta, Maria Zambrano, hablando sobre la novela "Solo de trompeta", se dirige a Molina con estas palabras: "Se ve perfectamente que es usted un pintor y que el enano protagonista, en realidad, es Toulouse-Lautrec. A esta simultaneidad pintura/literatura alude especialmente Alfonso López Gradolí concluyendo que "tanto en literatura como en pintura, su obra es consecuencia del surrealismo pero sus orígenes están más allá, como en toda corriente onírica". Una de las frases que mejor representan esta circunstancia es la que pronuncia Gabino Alejandro Carriedo al exclamar ante una exposición de Molina: "He aquí lo que le hubiera gustado hacer a Federico: llevar la poesía al dibujo". Y precisamente, como el propio Molina reconoce en la entrevista con Antón Castro, él comenzó a tener confianza en su obra plástica cuando vio los dibujos de Federico García Lorca. Para concluir con este aspecto, recuerdo a Alejandro J. Ratia que en su atículo define: "A una poesía y a unas novelas repletas de imágenes corresponde un mundo plástico de dimensión lirica" e incluye también una estupenda apreciación de José Corredor Matheos: "Su poesía, con tanto dibujar, se ha ido haciendo más profunda cada día y más visual, y sus dibujos más poéticos, de modo que ya se ha visto claro que unos nacían para ilustrar a los otros y viceversa". Finalmente José Maria Montells deshace el entuerto y confirma lo que ya muchos sospechábamos "Molina, ni escribe, ni pinta. Hace magia". 
Un dibujo original de Federico García Lorca
Obra de Antonio Fernández Molina

Queda claro que, plástica y literariamente, hablamos de una obra unitaria en cuyo origen está la poesía. Alicia Silvestre, respecto a la novela "La liebre mecánica" nos habla de una sensibilidad poética en su narrativa. Jose Hierro, en 1975, ya afirma "Crear lo que no vemos es la poesía" y habla del proceso creativo fernandezmoliniano: "como niño, cree ciegamente en lo que ve a la hora de la fantasía" y concluye tildando a su obra como "arte de poeta, la vuelta a la imaginación y al irracionalismo frente al arte actual". José María Montells, en su excelente artículo que titula con un verso especialmente lúcido de Molina "Cae la nieve en el centro del verano", concluye que "Antonio Fernández Molina escribe oficialmente poesía": Ya lo había confirmado el propio autor en la citada entrevista con Antón Castro: "Para mí solo hay un género: la poesía" y creo que no se refería solo a la literatura. 
A.F. Molina y Philip West

Ya hemos hablado del Postismo anteriormente pero es que en este libro casi todos los autores vinculan la obra de Molina a esta ninguneada vanguardia. En 1989 Antonio Gonález Guerrero habla de "un renacimiento manchego a corrientes surralistas o postistas". García de la Concha va más allá y en 1993 asegura: "Toda la creación de Antonio Fernández Molina se mueve entre las derivaciones del Postismo y un surrealismo expresionista y lúdico" para en 1996 continuar "Pero el postismo habitó entre nosotros y aunque, en las catacumbas, pervivió hasta hoy". Joaquin Ferrando se refiere a los aciagos años de posguerra que vivió el autor y afirma: "En los oscuros años, Antonio Fernández Molina encendió una luz cercana a los postistas, una pequeña pero enorme luz de vida y nunca dejó de alimentarla". Indudablemente, se está refiriendo a la luz blanca con que Molina identificaba el postismo frente a la luz negra que irradia el surrealismo. Dámaso Santos lo sitúa junto a Arrabal, Ory, Sernesi y Chicharro en "aquel movimiento insólito y repudiado a diestra y siniestra en los años cuarenta" y cuenta que "Molina siempre creyó que el postismo era una posibilidad de prolongación de su sueño surrealista en España, sin admitir el rechazo que ocasionó". Victor Lope lo define como un "representante del Postismo, ese surrealismo blanco", Alejandro J. Ratia lo nombra "heredero de una tradición vanguardista representada en nuestra posguerra por el postismo" y Chus Tudelilla, respecto a su obra plástica, afirma que "la libertad de imaginación del ideario postista que derivó en el descubrimiento de los maravilloso en lo cotidiano ordinario le indicaron el camino a seguir". José Luis Calvo Carilla señala la revista y colección de libros que creó y dirigió Molina, "Doña Endrina", como continuación del Postismo, recordando que en su primer número publicó a Miguel Labordeta, el gran amigo zaragozano del creador manchego. Como en todos los aspectos el propio Fernández Molina cierra el círculo con la siguiente afirmación: "Mi obra está inmersa en el postismo, un surrealismo blanco, por decirlo así, la presencia de la intuición y las imágenes". 
Doña Endrina
Solo de trompeta
Coinciden también los autores del libro al citar los referentes de Molina. García Viñó habla de Dadá y Brueghel. Garcia de la Concha cita a uno de los referentes que más aparecen en el libro y uno de los más idolatrados por Molina: Ramón Gómez de la Serna, influencia decisiva, por ejemplo, en su obra "Pompón". García de la Concha también refiere los dibujos de Lorca, a Lautreamont y a Marx Ernst. Argenis Rodriguez, en 1970 y  desde Venezuela, compara a Molina con Cervantes o con Swift. Respecto a su obra Narrativa, Jean Tena compara el humor negro fernandezmoliniano a Quevedo, Goya o Buñuel y destaca el mundo onírico y la fantasía, aludiendo a Lewis Carroll. También Alicia Silvestre compara al Molina de "La liebre mecánica" con el creador de "Alicia en el país de las maravillas", pero va más allá y destaca el cinematografismo  en el estilo de Molina y cita también a Cervantes y a Valle Inclán. José Maria Pemán nos habla en 1960 del teatro sumergido de Molina y compara su farsa "Las alumnas" con Ionesco, señalando que "el anémico panorama del teatro español necesita una voz nueva como la de Molina". Francisco Martín Martín con su artículo "Teatro de cine" es quien más aborda las influencias cinematograficas en la obra del autor tildando de cinematográficas todas sus dramatizaciones. En esta línea compara a Molina con el Buñuel de Viridiana o con el Goya de "La última comunión de San José de Calasanz". Juan Eduardo Cirlot nos habla del Molina plástico en su célebre artículo "El amanecer de lo informe". Aproxima la obra de Molina a la de Michaux, Velázquez, Dubuffet, Groszo o Eugenio Lucas. Alfonso López Gradolí recuerda que en el año 1952 Molina fue el precursor de los "happenings" y compara su obra pictórica a Giorgio de Chirico, Bretón, Picasso, Dali, Miró o Prèvert. Y como curiosidad cita unas exposiciones colectivas en las que Molina participó junto a Cocteau o Arp para finalizar hablando de la admiración que el maestro sentía por Solana. Para hablar de la obra pictorica fernandezmoliniana, Gabino Alejandro Carriedo cita a Kandinsky, Miró, Rabelais, Mompó, Brueghel, Magritte, de nuevo Chirico o Joyce, mientras que Victor Lope habla de una fotografía tomada en 1952 que resulta esencial, pues Molina posa junto a seis de sus obras donde se anticipa a Tàpies y donde impactan las decisivas influencias de Paul Klee o Joan Miró. Alejandro J. Ratia cita una exposición de escritores pintores en la que Molina participó junto a Buero Vallejo, Cela y Gómez de la Serna. Calvo Carilla, en su ya citado artículo, realiza un exhaustivo estudio de las influencias de Molina a lo largo de las distintas etapas de su vida, vislumbrando en su infancia a Defoe, Stevenson o Melville y destacando de nuevo a Gómez de la Serna y su literatura del objeto, la "cosología". Calvo Carilla también recuerda algo fundamental. Eduardo Valadés incluye a Fernández Molina en la antología de relato breve "El libro de la imaginación", en el año 1976, como uno de los ejemplos hispánicos más relevantes junto a Gómez de la Serna y Cortázar. Como en anteriores aspectos, las mejores pistas sobre sus influencias nos las da el propio Antonio Fernández Molina, de nuevo, en la genial entrevista con Antón Castro, reconociendo a Velázquez o Víctor Hugo como los artistas de su vida. Y como curiosidad reconoce a Dalí como uno de los mejores escritores españoles de todos los tiempos.
Saura y Molina

La última comunión de San José de Calasanz (Goya_1819)
Viridiana (Buñuel_1961)
Antonio Fernández Molina posee una obra incomparable, única y fundamental en la literatura española del siglo XX y el paso del tiempo no causa en ella mella alguna excepto la de toda obra universal, la huella del reconocimiento que, de una vez, ha de llegar. Recuerda Luis Alberto de Cuenca cómo fue propuesto, sin éxito, como candidato a recibir el premio que otorga la Fundación Principe de Asturias. Montells, sembrado una vez más, sentencia: "Si Molina fuera francés ya estaría en los altares junto a Bretón, Ernst o Mallarmé. En España no hay mejor cosa que morirse para llegar a genio". Emilio Miró en "Ínsula" ya calificaba a Molina como "uno de esos nombres injustamente proscritos" y el propio Antonio, de nuevo en la maravillosa entrevista junto a Antón Castro, afirma: "Comparativamente a los méritos de otros me hacen faenas, tratan de ignorarme". Los que han ninguneado a Molina o tratan de pasar por alto una obra unitaria, intemporal y esencial para el siglo XX, ignoran que la blanca babosa de la permanencia que ya vaticinaba Arrabal en el año 1966, está aquí para quedarse. A mí me gustaría imaginar  a Antonio Fernández Molina, ahora mismo, oculto donde está, con la misma expresión satisfecha que, según Raúl Herrero, exhibía en el Museo Reina Sofía mientras recibía un multitudinario homenaje en el año 2003 Es, por cierto, el artículo de Raúl Herrero que cierra el libro, el más cercano y emotivo. Queda aún un camino por recorrer para situar a Molina donde corresponde pero este libro, "Hablando de A.F. Molina" ya es un seguro salto hacia adelante.

Plenos de satisfacción a la salida de la biblioteca. (Fotografía: Alfredo Moreno)

Méliès

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Extraordinaria portada, obra de Juan Luis Borra, para el fundamental libro coral "Méliès" (Libros del Innombrable 2017)

Méliès. Cuando el cinematógrafo necesitó un mago


Estableciendo un inocente juego de palabras, un truco del lenguaje, resulta paradójico y fundamental destacar que Georges Méliès sembró de luces las sombras de Lumière. Sin la intervención de este mago y pintor, el cinematógrafo hubiera sido poco más que un alarde científico, tan solo una herramienta para documentar lo cotidiano, como la salida de la fábrica de unos obreros en 1895, precisamente filmada por los hermanos Lumière o trasladado a nuestro país y sus querencias eclesiásticas, otra salida, la de misa de 12 del Pilar de Zaragoza, filmada dos años más tarde por Eduardo Jimeno Correas. Un artefacto de feria y barraca para primitivos voyeurs, un espectáculo de exposición universal, poco más que el último grito científico del siglo XIX; en esto se hubiera resumido el cinematógrafo. Méliès, fascinado por el invento de los hermanos y tras asistir al pase inaugural de la primera proyección consiguió convertir aquel juguete de la ciencia en una verdadera fábrica de ensueños, en una nueva y deslumbrante manera de alumbrar obras de arte. Adaptando al cinematógrafo su experiencia en el teatro, la pintura, el gusto por los espectáculos circenses, la fantasmagoría, el ilusionismo, la prestidigitación, el escapismo, halló el truco perfecto y a su través, el diálogo mudo con un espectador que necesitaba creer. El cinematógrafo necesitaba un mago y el espectador necesitaba magia. Así se fraguaron las primeras películas fantásticas, la inauguración del lenguaje cinematográfico, de la ciencia ficción y de todos los géneros. Así nació el primer teatro de los sueños, la primera sala de cine, en el parisino teatro Robert Houdin, propiedad de Méliès. Allí nació el cine [...]

LEER LA RESEÑA COMPLETA EN: Odisea Cultural


A continuación, Le Manoir Du Diable (George Méliès 1896) Mefitófeles se transforma en murciélago y así Mélies anticipa el vampirismo en el cine. Además, hacia el final del corto cuando tiene lugar las transformación de la mujer, notable influencia de los grabados de Goya.


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